La decisión de elevar la tasa de política monetaria conforme lo explica el Banco Central, obedece al impacto del COVID-19 a nivel mundial, a la persistente presión internacional de la inflación, tales como la subida de los precios del petróleo y de las materias primas, al incremento de los costos de los fletes marítimos, los conflictos geopolíticos, a los ajustes de las tarifas de servicios privados y públicos y al incremento de la demanda interna, como consecuencia del impulso de la recuperación económica.
El Banco Central de la República Dominicana en su postura monetaria para iniciar el retiro de los estímulos monetarios en ocasión de la parálisis y caída de la economía por la pandemia originada por el COVID-19, ha estado haciendo uso del instrumento de la tasa de referencia que se utiliza en aquellas economías, en la que la política monetaria se rige por el Esquema de Metas de Inflación.
Al fijarse la tasa de referencia monetaria, las entidades de intermediación financiera, incluyendo a las del mercado de valores, la observan como un indicador de referencia para sus distintas operaciones activas y pasivas y se efectúa a través del canal de las tasas de interés, como mecanismo de transmisión de política monetaria. Para el caso de la actual coyuntura económica, el Banco Central ha asumido la postura de elevar la tasa de política monetaria con el objeto de incidir sobre la inflación y crecimiento económico.
De esa manera, el Banco Central asumió la postura de elevar su tasa de referencia, procurando suavizar la demanda interna y el crecimiento económico, por medio al incremento de las tasas de interés bancaria, a fin de que la inflación no se desvié de su meta anual, para lo cual la postura monetaria apuesta, sin que necesariamente tenga un efecto inmediato, pero si esperado tan pronto transcurra cierto tiempo.
La meta de inflación que ha fijado el Banco Central ha sido de 4.0 % anual en el programa monetario, mientras que, la inflación registrada ha sido superior, en el 2020 en 1.5, en el 2021 de 4.5 y en que va del 2022 de 4.63 puntos porcentuales cado uno, lo que representa un desvío que implica más del doble en los dos últimos años.
Con relación a la tasa de inflación acumulada a septiembre de 2021 e igual para el 2022, en la primera, los precios sumaron una variación de un 5.88 % y en la segunda, de 6.01 %, lo que indica que, la inflación en los primeros nueve meses del corriente año es superior al del pasado en 0.13 puntos porcentuales y la interanual en el 2021 fue de 7.74 % y la de 2022 de un 8.63 %, una diferencia equivalente a 0.89 puntos porcentuales, muestra de que, la variación de los precios por el lado acumulado y en el interanual en el 2022 ha sido mayor que en el 2021.
La Inflación Mensual (IM) ha perdido intensidad a partir del segundo semestre de 2022, resultado que puede ser explicado por el efecto escalón, que acontece como un fenómeno estadístico cuando la variación de precios en el presente es moderada y se compara con una mucho mayor, como fue el caso de julio y agosto de 2021, cuyos índices de precios fueron de 109.17 y 110.04, mientras que, en iguales meses de 2022 ha sido de 119.47 y 119.72.
El efecto escalón no significa que la inflación ha desaparecido, más propio es que muestra un comportamiento zigzagueante, mismo que la hace mantenerse con un fuerte desvío respecto a la meta de inflación (4.0 %).
La postura a la tendencia creciente de la subida de precios al consumidor en la economía dominicana, trajo como respuesta monetaria elevar la tasa de interés del Banco Central de un 3.0 % en noviembre de 2021 a un 8.25 % a octubre de 2022, para un incremento de 5.25 puntos porcentuales, con el objetivo de gerenciar la inflación hacia la meta de inflación establecida en el año que transcurre.
Al cruzar los resultados de la tasa de inflación con la fijación de la tasa de política monetaria, puede permitir apreciar un efecto neutro o nulo en el objetivo de incidir positivamente en el comportamiento hacia la baja de los precios de la economía. El resultado acontece en un entorno en la que se ha producido el efecto de transmisión de la elevación de la tasa de referencia hacia las tasas de interés bancaria.
El comportamiento de la tasa de interés activa promedio ponderado de la banca múltiple ha pasado de 9.92 % en noviembre de 2021 a 14.35 % al 5 de octubre de 2022, para un incremento de 4.43 puntos porcentuales; por lo que, el efecto transmisión esperado se ha logrado, al encarecerse el precio del dinero bancario.
La literatura económica recoge la controversia que existe acerca del papel de la tasa de interés sobre el crecimiento económico y la demanda. En el caso de la postura de los bancos centrales en la presente coyuntura, parece alinearse a que el aumento de la tasa de interés activa desestimula la demanda y la inversión; sin embargo, al parecer con los resultados obtenidos hasta el momento para el caso de la República Dominicana, la evidencia se inclina hacia la no incidencia sobre el desempeño de la cartera de crédito, pues en el primer semestre de 2022 creció en un 14.0 %, muy superior a igual periodo en el 2021, la cartera de crédito al consumo se elevó en un 20.0 %, no evidenciándose un impacto a la baja sobre el consumo y la de los créditos comerciales en un 12.0 %.
La elevación de la tasa de interés favorece a los tenedores de inversión rentista, de la alta inflación registrada, al permitir que la tasa de interés no sea negativa o menos negativa, pero perjudica a los tomadores de financiamiento, tanto a los del reglón hipotecario, como a los de consumo y para las decisiones de invertir.
El desempeño de los principales indicadores macroeconómicos del programa monetario han manifestado por el ámbito fiscal un resultado similar al previsto de un 3.0 % de déficit fiscal, en el sector externo, las Reservas Internacionales Netas se ubican en una mejor posición a la esperada, al registrar a septiembre de 2022 US$ 13,806 millones, cuando el estimado es de US$ 13,360 millones y solo en el ámbito de la base monetaria restringida se ha distanciado, al registrar a octubre un 17.7 % de incremento interanual, cuando el previsto es de un 14.9 %.
Por el lado de la actividad económica, medida por el comportamiento del PIB, la tasa de crecimiento observada que presenta a agosto de 2022 es de un 5.5 %, exactamente igual a la prevista en el programa monetario, desempeño que no favorece al objetivo de elevar la tasa de referencia, al no desacelerarse el ritmo de la economía.
Por las razones expuestas, la posibilidad de descontinuar el incremento de la tasa de política monetaria debe ser examinada, especialmente porque la amenaza de los factores de naturaleza monetaria se ha disipado en la economía y los de naturaleza de presión de precios del entorno internacional se han moderado, quedando solo el de la subida de la tasa de interés por parte de la Reserva Federal de los Estados Unidos.