El arte como arma para educar y frenar males

El arte como arma para educar y frenar males

Las artes son una herramienta para promover el desarrollo de capacidades, lograr conquistas sociales, mantener la sana convivencia y proteger el medio ambiente, entre muchas buenas etcéteras.

Con papel probado en la erradicación de la violencia, la delincuencia, la drogadicción y embarazo precoz.

Prevención y antídoto de flagelos que atacan el cuerpo y el alma, los resultados muestran su efecto como instrumento de cambio individual y colectivo.

El cantante, compositor y actor Albert Hernández ha convertido sus oficios en una herramienta para tocar a víctimas y a victimarios, con producciones en las que incentiva el buen trato, la interacción saludable, con énfasis en los niños y las mujeres. Fomenta con la mismo pasión la protección a la naturaleza.

“Las personas que ocupan su tiempo, su mente en las actividades artísticas son más sensibles a los buenos propósitos. El arte ha salvado de las calles y de los malos hábitos a muchos jóvenes, porque mantiene en constante movimiento y creatividad, transforma la conducta y hasta las amistades son mejor seleccionadas”, explica.

Así indica que males como la violencia intrafamiliar, que afecta en mayor grado a los hijos, son combatidos mediante este mecanismo, que emplea desde los 12 años, cuando compuso su primera canción.

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Abrazado a causas

Nacido en Bonagua, La Vega, Hernández de 46 años, vive en la capital desde los nueve en un sector minado de carencias que le llevaron a aumentar su conciencia social y la necesidad de combatir males.

Con diversas composiciones, cortometrajes y películas en los que ataca situaciones nocivas, marca un camino distinto, por el que es posible avanzar con acciones correctas, trabajo tesonero y salud física y espiritual.

“Nunca he caído en vicios de ningún tipo y practico ejercicios desde hace 25 años y 22 hace que le sirvo a Dios. Es lo que aconsejo a los muchachos que ingresan a este medio”. Proclama así que es posible andar en la farándula sin caer en el lodazal.

Plantea que la misión es llevar un mensaje a la familia de empoderamiento, convivencia, perdón, reconciliación y volver a los valores. Por esto cuida tanto canciones y libretos.

“Siempre he tenido un cuidado especial, porque un artista es un influencer (un referente) y todo lo que hace puede salvar o contaminar”, recuerda.

Fomenta el respeto a la mujer y a los derechos de los infantes con un himno en el que también les exhorta a cumplir con sus deberes. Con la balada Uno en un millón, tema oficial de los Juegos Panamericanos 2003, estimula a levantarse después de las caídas y a confiar en Dios.

En su carpeta grabar con cantantes de múltiples géneros Yo soy tu amiga la tierra, una composición para motivar la preservación del medio ambiente y salvar la capa de ozono. Incursiona en el campo cristiano con Lugares altos de alabanza, Adoración a Dios, Las navidades son alegría y el más reciente Caravana de Navidad.