Ricardo Repilado, de Santiago de Cuba (1910-2006), autor de “Dos temas de Redaccion”, y “Cosecha de dos Parcelas”, está considerado como el conocedor más profundo de los procedimientos narrativos en la crítica literaria; y como alguien que supo ejercerla con eficacia, elegancia y sagacidad; como un erudito que defendió la diversidad de métodos para acercarse a la sensibilidad de la novela, el ensayo y el cuento y hablarle al lector “sin tecniquerias”.
Fue íntimo amigo de Max y Camila Henríquez Ureña, a quien defendió de todos los intentos por minimizarla; y con ellos fue un estudioso de Heredia, Martí, Casal, Guillén y Carpentier, entre muchos autores cubanos, pero también de Proust, Ortega y Gasset, Shakespeare, Poe, Chejov, Kafka, Mann, Borges y Cortázar. También trabajó de manera minuciosa el cuerpo moderno de la crítica, lo renovó y adaptó desarrollando los criterios de análisis textual, a “los cuales incorporó los aspectos biográficos, históricos, sociales y psicológicos, perfilando un estilo de ensayar que atendía todas las facetas a la vez sin la pedantería de los retóricos, ni sus oscuras sinuosidades crípticas”. (López Sacha).
Erudito de la obra del gran ensayista mexicano Alfonso Reyes, mejor amigo de Pedro Henríquez Ureña, realizó la valorización de su obra para Casa de las Américas. Su método propone el hallazgo de nuevas modalidades narrativas que rompen con los criterios discursivos de las últimas décadas y “penetran con desenfado otros espacios del arte literario como el ensayo, el teatro y la poesía”. (López Sacha).
Repilado considera la novela como un género sumamente maltratado por la causalidad, las falsas leyes de lo verosímil y el apego a circunstancias “objetivas”. En sus ensayos, dedicados a la novelística de Pablo Armando Fernández (muy querido y recordado entre nosotros) y Antonio Benítez Rojo, advierte en ellos la renuncia deliberada a considerar la novela como “espejo de la realidad”, y la propuesta de la búsqueda de autonomía en la ficción, ya que la novela se construye con artificios, referentes culturales y literarios, mediaciones psicológicas, sociológicas y filosóficas, con la sonoridad y belleza del idioma y con la promesa de una tesis que atraviese la materia narrativa e incida en ese concepto -ambiguo- que llamamos realidad. Que solo existe para el novelista como canon ideal, nunca como reflejo, o evidencia absoluta.
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De las observaciones de Repilado rescato y comparto las que me fueron más útiles, para un público creciente de jóvenes narradores:
1.-Las novelas son un proceso de aprendizaje pues su personajes más importantes van buscándose, haciéndose y escribiéndose ante los ojos del lector, y lectora..
2.-Aunque el argumento y los personajes están íntimamente ligados, los personajes son más importantes, pues la trama más ingeniosa dejaría fríos a los lectores si el narrador no logra que sientan a los personajes como seres reales, o por lo menos posibles.
3.-El tiempo fabular no tiene reglas, por eso una novela puede comenzar por el final, o irse tejiendo simultáneamente con tramas paralelas. Los hechos ponderados pueden parecer así -inicialmente-un desorden cronológico, ocurriendo en lugares distintos, pero pueden presentarse de manera que den la impresión inequívoca de simultaneidad. Los motivos argumentales se refuerzan con su reiteración, algo que se sabe desde Shakespeare y su El Rey Lear.
4.-Se llama “estructura” a la disposición de los distintos componentes de la novela, y a la manera de desarrollar el argumento o la fábula, pero otras veces se encuentra en la disposición de los diálogos, en el ordenamiento de la cronología u otros factores. Varios especialistas, sin embargo, han señalado que el concepto de “estructura” es propio de las artes del espacio y por eso las novelas, que se cuentan entre las artes del tiempo, no pueden tenerla. Aun así, se usa la palabra estructura a falta de una palabra mejor para designar una cierta manera de disponer, o componer, los elementos de la novela.
5.-La reiteración de los motivos argumentales hace pensar en una estructura musical, del tipo “tema y variaciones”, donde la repetición contribuye a la unidad. De ahí provienen los términos “estructura dramática, épica, dialogada o episódica, circulares, en espiral o perspectivistas”.
6.-En las novelas históricas los personajes son generalmente simbólicos, seleccionándose el rasgo definidor de cada uno. Todo narrador crea sus personajes tomando de aquí y de allá, partiendo siempre de la realidad y experiencia total de su vida. Una vida en que el amor entre los personajes, también contribuye a la ambientación.
7.-El diario, o los diarios, como la correspondencia, son siempre un recurso, así como el diálogo es un instrumento poderosísimo; y los nombres de los personajes que pueden significar lo contrario de lo que aparentan, como la “Doña Perfecta” de Benito Pérez Galdós.
8.-Reafirmando una tendencia muy acusada en la narrativa femenina de hoy: las vidas en las novelas contemporáneas se van entrelazando como en un telar, como hilos que avanzan hacia el telar donde la narración los va tejiendo en un solo paño.
9.-Los ambientes, porque escenario y ambiente no son la misma cosa, son también numerosos y construidos poco a poco a través de capítulos, segmentos y detalles evocativos con sabor a época.
10.-Alternar el punto de vista subjetivo único de distintos personajes, en vez de solo el del autor omnisciente, pinta un vasto fresco del tiempo y circunstancias en que se ha escrito la novela.
11.-El uso de cualquier recurso técnico debe responder siempre a las exigencias del contenido y a las necesidades y propósitos expresivos del escritor o escritora. Intentar amarrarlo con el saco de fuerza de lo lineal o lo piramidal: ubicación, hipótesis, desarrollo, y climax, solo refleja las limitaciones de la crítica convencional, ya que la novela, histórica o no, pos-moderna, puede leerse de múltiples maneras y esta variedad de lecturas posibles, o elasticidad, es el mejor aporte a la actualización del género.
12,-La diversidad de puntos de vista implica una correspondiente diversidad linguística, una incorporación de los modos de hablar y decir de los personajes. En el caso de SIRENO, hablan los Cocolos, Dominican-Yorks, Surenos, capitaleños, gringos del Sur, brasileros del norte y sur del Brasil. Una complejidad linguística que parece haber pasado desapercibida para cierto tipo de crítica. Así como el reconocimiento de la literatura portuguesa y brasilera presente en las referencias a las literaturas de ambos países.
13.-Por último, afirma Repilado, quien asesoró a Julia Alvarez en su novela sobre Salomé y Camila, y generosamente le donó su documentación y fotos de Camila: “Nadie que haya escrito narrativa después de 1930 ha podido sustraerse al influjo de James Joyce, Virginia Woolf, Marcel Proust y Kafka, nombres que determinaron los rasgos más distintivos en la fisonomía literaria del siglo XX, algo que reconoció Ortega y Gasset cuando dijo, en 1923, que esos escritores habían descubierto nuevos filones y nuevas maneras de tratar el tiempo y el espacio.
14.-Por eso, concluyo con la reflexión de Repilado:
“No hay que lamentar la potencial imposibilidad de producir algo nuevo, sino celebrar que las artes y la literatura, al cabo de su milenaria evolución, hayan cumpletado al fin su opulenta caja de herramientas, y sentarse a trabajar con la máxima honradez e inflexible exigencia, para lograr la más alta calidad y belleza, utilizando los creativos recursos que la evolución nos ha legado”.