El Barcelona continúa con su gran momento este inicio de temporada. La goleada lograda en Girona (1-4) mantiene al equipo como el único que ha ganado todos sus partidos gracias a una victoria impulsada por los dos tantos de Lamine Yamal, otro de Pedri y el de Dani Olmo. La mano de Hansi Flick se nota en la Ciudad Condal.

Los culés mantuvieron el mismo guion de los partidos anteriores, con una presión adelantada e intensa, sin dejar apenas espacio para que el Girona efectuara la salida de balón. La incomodidad se notaba en los gerundenses, incómodos en un duelo marcado en rojo, en este derbi catalán de enorme prestigio por el auge de un club que ahora está en Champions. La presión dio sus frutos en la primera media hora. Yamal estuvo efectivo y robó el balón a David López en la salida de balón, en un error impropio de un jugador veterano. Sólo tuvo que definir delante del portero para adelantar a los culés.

El plan de Hansi Flick iba tal y como se esperaba. Fue el propio Yamal el que aumentó la ventaja culé con un disparo que dejó (una vez más) muestras de su inagotable calidad. En un rechace tras un saque de esquina, todos los jugadores salían del área y no había espacio para que la pelota entrara. Pero Lamine la clavó en la esquina y salió a celebrarlo. Conviene recordar que tiene 17 años, aunque sea un elegido.

Un brillante segundo tiempo

El partido también tuvo polémica, que llegó al final de la primera mitad, en el descuento. Alejandro Balde despejó un centro de cabeza y la pelota impactó en el brazo, abierto, de Íñigo Martínez. El colegiado señaló penalti, pero corrigió su decisión y ya no hubo tiempo para más antes de pasar por los vestuarios.

El Barça no notó el descanso, porque salió igual de lanzado en la segunda mitad. Recién empezada, cuando habían pasado dos minutos, Dani Olmo marcó su tercer gol en tres partidos con un trallazo que dejó a todos anonadados. Su adaptación es impecable y ya es un futbolista determinante para los culés.