La mayoría de los cánceres de próstata se presentan en estadio asintomáticos, por lo que se recomienda hacer un chequeo entre los 55 a 70 años y en pacientes con factores de riesgo es necesario una pesquisa temprana a partir de los 40 años.
El doctor Alberto Pieretti, urólogo de Cleveland Clinic Weston, explica que no tratar el cáncer por el miedo a la disfunción eréctil puede generar síntomas locales y sistemáticos que tienen consecuencias mayores tanto en la calidad de vida como en la expectativa de vida, comparado a la posible disfunción eréctil.
Declara que en pacientes con cáncer de próstata el tratamiento puede generar disfunción eréctil temporal o definitiva.
“Hay muchos factores que pueden afectar esto, incluyendo la función base del paciente, que tan avanzando este localmente el cáncer y la experiencia del cirujano para poder preservar los nervios”.
Cuando hablamos de disfunción eréctil, nos referimos a erecciones espontáneas. “Hoy en día tenemos tratamiento que le permiten al paciente permanecer sexualmente activo”, subraya el galeno.
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El cáncer de próstata como tal no es prevenible, pero un análisis temprano está asociado a una mejor expectativa de vida, con resultados tanto funcionales como oncológicos.
Agregó que en pacientes con cáncer localizado la expectativa de vida es excelente, en el estadio avanzado depende de muchos factores, pero hoy en día se dispone de una cantidad de tratamientos que permiten mejorar la expectativa de vida de forma significativa.
Avances en los tratamientos
Lo avances en el tratamiento del cáncer de próstata son innumerables, además del análisis del antígeno prostático específico (PSA) que facilita las detecciones tempranas, está la resonancia magnética de próstata que ha revolucionado el tratamiento desde muchos puntos de vista disminuyendo el número de biopsias y permitiendo estudiar los pacientes mejor al hacer biopsias dirigidas; su uso antes de la cirugía está relacionado con una disminución de márgenes positivos al momento de la cirugía.
Los estudios genéticos en paciente de alto riesgo permiten identificar posibles opciones terapéuticas e identificar a familiares que pudieran estar afectados con la misma condición, permitiendo un diagnóstico temprano.
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Se encuentra también el PET PSMA que es un estudio de medicina nuclear que permite localizar en estadios más tempranos y con mayor precisión el cáncer de próstata.
En general se usa en pacientes que tienen recurrencias del PSA después del tratamiento del tumor primario y recientemente se está usando en pacientes con cáncer de próstata de alto riesgo para mejora el estadiaje inicial.
Además, permite identificar cuáles pacientes se pueden beneficiar de distintos tratamientos, arrojando una estadificación más precisa que las imágenes convencionales.
“En el caso avanzado o sistemático, en los últimos 10 años hemos tenido un incremento de tratamientos y combinaciones de procedimientos, todos asociados con una mejor supervivencia para los pacientes”, destaca Pieretti.