La doctora Karen Tamariz propone la legalización de la marihuana con fines médicos y como producto de exportación, tal decisión proporcionaría varios beneficios, según su opinión, que no voy a discutir.
Me llama la atención, poderosamente, la afirmación de la doctora Tamariz de que “existe un uso abierto para antibióticos, altamente nocivos a la salud, pero todos satanizan la marihuana, mientras el uso de antibióticos sin prescripción médica, daña millones de personas”
Conozco el caso de un amigo a cuyo hijo le prescribieron medicamentos muy costosos, durante más de 20 años, y un mal día (no se puede decir un buen día) el señor médico le dijo a mi amigo que ese medicamento, el caro y de uso continuo, no servía para nada. Lo peor es la carita de yo no fui que debe haber puesto ese matasanos para dar esa información.
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Desde que me he convertido en un hombre químico (por la variedad de pastillas que debo tomar para diabetes, corazón, presión, circulación sanguínea, ciática, gotas parta lo ojos, hongos en las uñas de los pies y no sé cuántas cosas más), veo que la cuenta de la farmacia crece como las ganancias de los bancos, de los laboratorios de producción de medicamentos, de las clínicas y la bolsa de algunos politiqueros, que han hecho de la corrupción un norte muy beneficioso, por la falta de gestión de las autoridades.
Como parte del abuso contra la salud está la cadena que incluye médicos, productores de medicamentos, operadores de procedimientos para diagnósticos, incluyendo, por supuesto, el costoso uso de los equipos. La combinación de la asistencia médica que comprende visita al médico, costo de los medicamentos y de los procedimientos de análisis, estudios, experimentan una constante e indetenible alza que convierte los servicios médicos en una tortura económica.
El sistema de seguridad social opera a medias, si se toma en cuenta los valores que debe aportar el usuario, desde el cobro de los servicios médicos, aunque se tenga la protección de un seguro privado.
Los reclamos de los médicos, por mejoras salariales y de condiciones de trabajo son oportunas y atendibles, pero también los usuarios de centros públicos de salud merecen una mayor dedicación de los galenos que los atienden.
Oportuno es, examinar la filosofía de las boticas populares, o como les quieran llamar, fue en el Gobierno de mi amigo el presidente Salvador Jorge Blanco cuando se crearon, con fines de ofrecer medicamentos ESENCIALES a precios alcanzables para los usuarios. ¿Son o no esenciales los medicamentos para el corazón, la diabetes, la presión?