Antecedentes. Cuando Sánchez le comunicó a su padre Narcisazo los movimientos de Mella y Duarte en Santiago para proclamar a Duarte como Presidente de la República, a cuyo objeto el tirador del trabucazo envió una delegación de notables para que convencieran al joven trinitario que presidía en ese momento la Junta Central Gubernativa, en forma premonitoria contestó Narcisazo: “Francisco, convéncete, que esto será país, pero nación, jamás.”
Desde aquel 1844 hasta hoy, los habitantes de este país han hecho lo imposible para que la profecía de Narcisazo siga vigente. Inauguraron la Separación con dos golpes de Estado. Pedro Santana anexó la república en 1861. Buenaventura Báez se robó, en su huida, la vajilla y cubertería de Palacio y en 1871 por poco incorpora la república a los Estados Unidos. Si el senador Charles Sumner no se opone al proyecto por considerar que un país de negros como el nuestro no podía ser miembro de la Unión Americana, hoy estaríamos peor o igual que Puerto Rico. En agradecimiento al insulto racista, el Ayuntamiento capitaleño designó con su nombre una calle de Los Prados.
En 1916 los “patriotas” dominicanos lograron su sueño: la intervención norteamericana. Significa para ellos orden, progreso, civilización y riqueza. Los políticos e intelectuales aborrecían el estado de desorden en que la montonera y las guerras civiles habían convertido la república. Todos los “patriotas” (Horacio Vázquez, Jimenes, Desiderio Arias y compartes) se retiraron a su respectivo feudo a esperar que los norteamericanos les dejaran ese país ideal bien organizado para ellos gobernarlo.
Ocho años les duró el sueño a los “patriotas” (de Vicini Burgos a Horacio), pues los norteamericanos les prepararon al procónsul del imperio, Rafael Trujillo, quien duró 31 años en el mando, aplastó con puño de hierro a caudillos y caciques y se convirtió él mismo en el caudillo único, supremo.
Al caer la dictadura el 30 de mayo de 1961, ¿qué la reemplazó? El caudillismo, el clientelismo y el patrimonialismo que cual espía dormido esperó su turno durante 31 años. 350 años de colonialismo español y cien de vida “independiente” desde 1844 no se borran de un día para otro. Ese colonialismo fue el que impuso la cultura, la ideología y las costumbres de la servidumbre, la esclavitud, la obediencia al Poder, la adulonería, el amor a lo regalado, el odio al trabajo y la apología de la imprevisión, pero sobre todo, el trepar al Poder para repartir los bienes públicos a la clientela, a familiares y amigos.
A esas volvimos en enero 1962 tan pronto el último símbolo del terror de la dictadura salió cobardemente en secreto en su yate para Martinica a fin de volar en avión a Francia y seguir en Europa la vida disipada que había aprendido a vivir en los Estados Unidos.
“Llena el morrito”es ese merengue de Simó Damirón y Chapuseaux, tocado en la radio desde enero de 1962 hasta la caída del Triunvirato y que, a falta de estudios socio-históricos y políticos, definió simbólicamente, mejor que nada, ese breve período en el que el frente oligárquico recompuesto vuelve por sus fueros. En 1965 esa oligarquía apoyó la intervención norteamericana que aplastó la insurrección de abril. En 1966 apoyó a Balaguer y en 1996 al continuador del clientelismo y el patrimonialismo. Se posterga para tres o cuatro siglos la creación del verdadero Estado nacional teorizado por Américo Lugo en 1916.
Luego, analizaré las connotaciones simbólicas de “El morrito”. Y las de “El funcionario”, de Wilfrido Vargas, con letras de Jaime Shanlatte, donde describen la práctica depredadora del sujeto clientelista y patrimonialista surgido durante el balaguerato y cuya vida atraviesa hasta hoy nuestra historia política. Les dejo las letras de ambos merengues para que comparen con mi próxima lectura.
LLENA EL MORRITO
(Merengue)
Simó Damirón y Chapuseaux
(¿Coro con Silvia de Grasse?)
La política se ha puesto
que es una calamidad,
el que tiene un empleíto
se tiene que arrodillar.
La vergüenza se ha perdido,
nadie quiere trabajar,
sino vivir de la teta
de la vaca nacional.
¡Qué leche tan gorda,
la que da esa vaca,
con tan buena teta
y siempre tan flaca!
¡Qué animal tan bueno!,
¡qué animal tan manso!,
ni le ponen yerba
ni le dan descanso.
Unos quieren a Fulano,
otros quieren al Doctor,
unos son independientes,
otros de la oposición.
Todos por el bien supremo,
se quieren sacrificar,
pero la sacrificada
es la vaca nacional.
Dame el morrito
pa’ beber,
llena el morrito
pa’ beber.
EL FUNCIONARIO
Letras: Dr. Jaime Shanlatte
Intérprete: Wilfrido Vargas (1983)
Había una vez un funcionario (x2)
El Presidente lo nombró de Secretario, (x2)
De Secretario en una empresa del Estado. (x2)
Ya su tarea hábilmente ha comenzado, (x2)
Llegaban cuatro, cinco, seis, siete problemas, (x2)
Y el Secretario resolviendo esos problemas. (x2)
Pero de pronto pensó en el poco tiempo
que le quedaba como Secretario
Y su propio problema nadie lo sabía.
(coro: Tenía más líos que Anthony Ríos).
Y comenzó coge aquí, coge allá, coge allá, coge aquí, coge aquí, coge allá
(coro: Y comenzó coge aquí, coge allá,
coge allá, coge aquí,
coge aquí, coge allá).
Porque pensó que era una pensión que le dejó su papá, que le dejó su papá.
(coro: Porque pensó que era una pensión, que le dejó
su papá, que le dejó su papá).
Un milloncito (coro: milloncito) pa’ sus hijitos, (coro: sus hijitos).
Y dos millones (coro: dos millones) pa’ su mujer, (coro: su mujer).
Un negocito (coro: negocito) pal’ sobrinito, (coro: sobrinito).
Cuatro Mercedes (coro: Mercedes) pa’ sus placeres, (coro: ¡Ajá!).
Seis camionetas (coro: cuatro burros) pa’ su finquita (coro: su finquita)
Y en cada barrio (coro: ¡eejée) ochenta casitas.
(coro: Y el funcionario ya es un accionista).
Tiene tienda por el Conde, tiene su propia avioneta,
Tiene un yate en Barahona, Boca Chica y La Caleta.
(coro: Y el funcionario ya es un millonario (x2).
Una industria aquí en Herrera y un hotel allá en Haití
y también tiene ganado en el Seibo y Macorís.
(coro: Y el funcionario ya es un millonario (x2).
En La Vega un almacén; tiene un cine en Dajabón
y también tiene canales de radio y televisión ¡JA JA!
(coro: Y el funcionario ya es un millonario (x2).
Tiene una casa de cambio; de seis bancos es accionista,
tiene doce compraventas y además es prestamista.
(coro: Y el funcionario ya es un millonario (x2).
Tiene grandes plantaciones y una finca de algodón,
también tiene un matadero para hacer su salchichón.
(coro: Y el funcionario ya es un millonario (x2)
Tiene grandes arrozales y una finca de café
y una fábrica de sombreros de los que usa Cheché.
(coro: Y el funcionario ya es un millonario (x2)
Tiene carro deportivo y en un caso tan sencillo
hasta toca la sirena pa’ comprarse un cigarrillo.
(coro: Y el funcionario ya es un millonario (x2)
(coro: Y el funcionario ya es un millonario).
Tiene grandes restaurantes; tiene tienda de repuestos
y con todo lo que tiene nunca paga los impuestos.
(coro: Es la realidad de ese hombre legendario;
esa es la situación y esa es la situación de ese honesto funcionario).
(coro: Que comenzó coge aquí, coge allá,
coge allá, coge aquí, coge aquí, coge allá).