La Salud es una condición resultante, en un país o una región, de la naturaleza y las dimensiones sociales, económicas y ambientales del desarrollo social, porque como Derecho Humano fundamental e inalienable de todo ser humano, sin distinción de ningún tipo, es el disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental, es un logro integral centrado en las personas y que no debe dejar atrás a nadie, llegando primero a los más rezagados.
Por lo anteriormente expresado se explica que cada vez más se considera en la sociedad dominicana que es necesario un firme compromiso político y social de hacer frente al reto de financiar y crear un entorno propicio a todos los niveles para el desarrollo sostenible, con un espíritu de asociación y solidaridad nacional, en el que la Cobertura Universal de Salud sea fundamental para el logro de vidas sanas a lo largo de toda la vida y para el bienestar para todos, para alcanzar los objetivos de desarrollo social y económico relacionados no sólo con la Salud, sino también con: la erradicación de la pobreza en todas sus formas y dimensiones; el aseguramiento de una educación de calidad; el logro de la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de la mujer; proporcionar trabajo decente y crecimiento económico para que los trabajadores disfruten del valor del trabajo acumulado; reducir las desigualdades; garantizar una sociedad justa, pacífica e inclusiva; así como crear y fomentar actuaciones y gestiones sociales participativas que fortalecerían la cohesión social y la gobernabilidad democrática.
La salud es la inversión más importante en el capital humano y el desarrollo social y económico, por lo que un compromiso político y social por la Cobertura Universal de Salud, basado en lo expuesto anteriormente, contribuye significativamente a la promoción y protección de los Derechos Humanos y al empoderamiento en Ciudadanía de todas las personas.
Ahora bien, la Cobertura Universal de Salud implica que todas las personas tengan acceso, sin discriminación, a conjuntos determinados a nivel nacional de los servicios esenciales de salud de carácter promocional, preventivo, curativo, rehabilitador y paliativo necesarios, así como seguros, asequibles, eficaces y de calidad, sin exponer a los usuarios de los mismos a dificultades financieras, con especial énfasis en los sectores pobres, vulnerables y marginados de la población.
Es por ello que debemos aceptar y promover que es indispensable e irrenunciable procurar que nuestros sistemas nacionales de Salud y de Seguridad Social sean sólidos, resistentes, funcionales, bien gobernados, receptivos, responsables, integrados, basados en la comunidad, centrados en las personas y capaces de prestar servicios de calidad, apoyados por una fuerza de trabajo competente en el ámbito de la salud, una infraestructura de salud adecuada, marcos legislativos, jurídicos y reglamentarios propicios, así como una financiación equitativa, suficiente y sostenible.
Es irrebatible la premisa, cada vez más reconocida y aceptada por la ciudadanía, de que debe ser una realidad incuestionable el reconocer la necesidad de hacer frente a las desigualdades en materia social, económica y ambiental, con énfasis en la Salud, mediante un gran pacto político y social, generador de planes y políticas nacionales, así como de cooperación internacional, centrado en dichos objetivos.
Esto es por lo que en estos días muchos actores sociales y políticos dominicanos llaman Pacto por la Salud y que en la existencia de los sistemas nacionales de Salud y Seguridad Social se ha denominado Plan Nacional Decenal de Salud (PLAN)