El Partido de la Liberación Dominicana (PLD) pasa por una cruda realidad de cara al proceso electoral de mayo. Su candidato presidencial Abel Martínez Durán no ha presentado la musculatura necesaria para enfrentarse a dos colosos de la talla, tanto del presidente Luis Abinader como del exmandatario, Leonel Fernández.
Es en este tramo y no cuando el proceso avance un poco más, esos rencores del pasado deben ser sepultados, para que al interior de la entidad morada, pueda surgir un proceso de entendimiento y de mea culpa a la vez (pero con sinceridad), y así se pudiera abrir un nuevo capítulo político-electoral, y de paso, el PLD pueda hacer un papel un poco más decisivo de cara a la obtención de una parte del poder.
Los peledeístas, según lo han proyectado la gran mayoría de las firmas encuestadoras del país, no van a lograr un posicionamiento más allá de un 18 o 20 %.
Si de verdad estos quieren salir un poco más oxigenado y poder alcanzar una cuota de poder en los próximos comicios, algunos de sus dirigentes tienen que tragarse su orgullo y buscar a sus llamados hermanos de la Fuerza del Pueblo (FP), para desde ahí, construir una plataforma que los pueda llevar a ser verdadera opción de poder, pero un poco más allá del 24.
No es casual el alejamiento de importantes troncos políticos del ex gobernante partido morado, los cuales más que alejados del candidato, estos han marcado una severa distancia que con el paso del tiempo se ha constituido en una seria amenaza para la estabilidad política de la antigua y todopoderosa maquinaria, la cual se recuerda, era temida por sus más enconados rivales en momentos como estos, pero en aquellos periodos de gloria.
A lo mejor algunos dirán, que somos reiterativos en nuestros planteamientos de que el joven candidato Abel Martínez, debe pensar con la cabeza fría la continuación de un proyecto que no rebasa un porcentaje sustentable.
Esto no lo decimos nosotros, sino los números de muchas de las encuestas y estudios de campo en donde se analiza el comportamiento político electoral, las que en cada entrega muestran las debilidades que tiene este partido y los grandes retos a los que se enfrenta.
Además, para nadie es un secreto, que algunos de los principales dirigentes que les han renunciado a los puestos de mando de dicho comando de campaña, más de la mitad los han hecho bajo el convencimiento que en estos momentos, y muy a pesar del florido discurso nacionalista que tiene el histórico de Santiago, el mismo no ha podido sembrar en los sectores populares y hasta en los más pensantes, un tipo de discurso al estilo “encantador de serpientes”, como los hacían por ejemplo, un Leonel Fernández en sus tiempos morados, o un Danilo Medina que con su voz un tanto pausada, pero con acento un lastimero y llamativo, lograba impactar a una población que atónita mostraba su simpatía, tanto por uno como por otro, cosa esta que ni siquiera en los spots televisivos o radiales son comunes en el aspirante presidencial del PLD.