El historiador y escritor griego Tucídides en el siglo V a. C., utilizó una premisa de causa y efecto para analizar la conflagración que protagonizaron la Liga de Delos y la Liga del Peloponeso encabezadas por Atenas y Esparta. Y, de allí elaboró su tesis de que cuando confluyen una potencia en ascenso y otra en declive indefectiblemente sobreviene la guerra entre ambas.
Desde esa perspectiva, dicho axioma fue popularizado en 2015 para proyectar la situación China-EE.UU. por el politólogo estadounidense y asesor de seguridad nacional Graham Allison bajo el concepto de “La trampa de Tucídides”. Por eso, si hacemos un símil guardando las diferencias el PLD y la FP están envueltos en esa trampa.
El PLD y La Fuerza del Pueblo.
El PLD ha iniciado esta nueva etapa confundiendo por completo la estrategia con la táctica y obviando variables que son del ABC de la política. Verbigracia, es una vesania pletórica enfrascarse en diatribas con un gobierno entrante pues la luna de miel se comerá siempre al saliente y más cuando la casa está llamas.
Además, en política no se baila la música que otros colocan y menos en un momento en el que el pueblo no quiere verte bailar. Asimismo, están ignorando que las masas no tienen vocación de ser estáticas; en consecuencia, cuando se pierde tanto poder el diseño principal de tu estrategia debe estar enfocado en preservar a tu militancia.
Fruto de ello, fue que el legendario general y estratega chino Sun Tzu externó que “si no puedes ser fuerte, pero tampoco sabes ser débil, serás derrotado continuamente.” En ese sentido, lo primero que debe entender el PLD es que su principal adversario en este momento es la FP y no el PRM ni olvidar que sin ese segmento no volverán al poder por lo menos en el futuro inmediato.
Por tal razón, tienen que diseñar una agenda programática cuyo 1er paso sea evitar el succionamiento de su militancia hacia la Fuerza del Pueblo; toda vez que, deben garantizar ser ellos quienes encabecen una posible alianza en el futuro y no al revés. Y, no olviden que la FP tiene a su Aníbal vigoroso y el PLD a su Escipión convertido en un minusválido constitucional.
Momentos de Estrategias.
Embarcarse en una guerra sin antes identificar quienes son tus reales enemigos y tus posibles aliados es peor que irte desarmado. Por ello, externó con meridiana claridad el escritor romano Flavio Vegecio que, “difícilmente es vencido aquel que bien calcula tanto sus propias fuerzas como las del adversario”.
En tal sentido, lo primero que el PLD tiene que interiorizar es que está amenazado por la trampa de Tucídides y que históricamente cuando un partido se fracciona con dos liderazgos poderosos muchas veces el saliente termina adsorbiendo al otro. El propio PRM hoy en el gobierno es la prueba inequívoca de eso.
De igual forma, no pueden caer en la misma francachela coloquial de otras organizaciones cuyas campañas son simples juegos de dominó; los partidos que tienen vocación y debilidad por el poder todo el tiempo deben estar jugando ajedrez. En efecto, si el PLD se sienta inerte a esperar errores del PRM para volver al poder les matarán el gallo en la funda como dicen los galleros.
Dentro de ese contexto, la Fuerza del Pueblo y el PLD aun dentro de la guerra política tendrán que tratarse como contrincantes y nunca como enemigos. Empero, a pesar de ser muy temprano para presagiar cualquier cosa si eligen ese último camino terminarán igual que Esparta y Atenas; ambos destruidos y desgastados y dejando el paso abierto a su real enemigo el imperio aqueménida de Persia (PRM).