Con la pandemia del covid-19, el teletrabajo en la República Dominicana llegó para quedarse.
Ante esa situación, se impone regularlo. Y de esto han hecho conciencia las autoridades, pues el Ministerio de Trabajo emitió recientemente dos resoluciones que constituyen un primer paso, pero la regulación no se debe quedar ahí porque es insuficiente. Hace falta una ley que la complete.
Son muchos los aspectos que quedan pendientes por regular para robustecer el marco legal vigente del teletrabajo como la modalidad especial de contratación.
Entre ellos está el establecer las modalidades del teletrabajo; determinar claramente el reparto de costes directos e indirectos entre el empleador y el trabajador; delimitar las garantías y derechos para evitar abusos contra el trabajador (telepresencialismo); desarrollar, con amplitud, el derecho a la desconexión; establecer los deberes del Estado para promover el teletrabajo y las políticas públicas para su promoción.
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En el Congreso Nacional hay varias iniciativas de ley sobre el teletrabajo que podrían dar respuesta a los aspectos aún no regulados.
En la Cámara de Diputados reposa el proyecto de ley que Regula el Teletrabajo en los Sectores Público y Privado, y el Proyecto de Ley de Teletrabajo. En el Senado está el proyecto de Ley sobre el Trabajo a Distancia o Teletrabajo.
Se trata de proyectos que pueden dar respuestas adecuadas a los temas cuya regulación está pendiente o debe ser fortalecida.
Entre esos temas están los derechos y obligaciones del teletrabajador; la compensación de gastos por parte del empleador, la protección de datos y seguridad de la información; las disposiciones sobre la seguridad y salud en el teletrabajo y los deberes del Estado para promover e implementar esta modalidad laboral.
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La creciente participación del teletrabajo no es exclusiva del país. Es una realidad en los demás países del mundo y particularmente en la región de América Latina.
Un informe al que ha tenido acceso este diario indica que en varios países de la región el teletrabajo pasó de representar el 3 % del total antes de la pandemia a entre el 25% y el 30% en el segundo trimestre de 2020. Estos valores pueden bajar, pero nunca al nivel prepandémico.
Luego de esos valores máximos alcanzados hacia mediados de ese año, el teletrabajo registró una tendencia descendente.