Invitado por el Regional Norte de la Sociedad de Neurología y Neurocirugía, por la gentileza de su presidente el Dr. Bruno Rosario, dictamos una conferencia en Santiago sobre el tema cerebro y es de lo que deseamos “conversar». Deseo dar las gracias públicamente de las finas atenciones recibidas. Dentro de nuestras cabezas hay un órgano capaz de hazañas inigualables de creatividad y comprensión del mundo, utilizando la potencia de una bombilla de 20 voltios. Pesa alrededor de 1,5 kilogramos. Tenemos unos 86,000 millones de neuronas, permitiendo la arrugada corteza cerebral desarrollar comportamientos muy complejos y contando con unos 16,000 millones de neuronas corticales.
Para lograr un mejor envejecimiento, porque el cerebro empieza a “encogerse” a partir de los 40 años, se plantea que lo hecho entre los 30 y 40 años será lo que nos permitirá vivir mejor al jubilarnos. Actividad física, estímulos intelectuales, motivaciones cerebrales, socialización, llenar crucigramas, tocar un instrumento, estudiar un idioma, etc. Son 160,000 kilómetros, la gran distancia que suman las fibras que conectan las neuronas. El término pensamiento es un paragua que cubre numerosos procesos cognitivos. Las ondas eléctricas señalan que, primero se activan las cortezas auditiva y visual, luego encienden el centro de mando de la corteza prefrontal, la que estimula de inmediato el área del lenguaje.
El cerebro se divide en dos hemisferios. No hay pruebas de que haya un hemisferio dominante. Aunque el lado izquierdo (el racional) produce el lenguaje oral, el derecho (el artístico) es el que capta el contenido emocional de las palabras. No olvidar que estos dos hemisferios están unidos por el cuerpo calloso, actuando siempre al unísono (alrededor de 1 millón de fibras).
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Al dormir, el cerebro elimina moléculas toxicas, regula la secreción de hormonas y se sumerge en los sueños. Las neuronas acopian experiencias durante los sueños para que luego las recordemos inconscientemente ya despiertos. Qué es la conciencia: es cuando varias áreas del cerebro envían información a una red que las procesa. “Lo que realmente sucede es que el cerebro nos presenta solo lo que nos interesa, y de forma que podamos entenderlo”.
El mito del que el cerebro humano solo usa el 10% de su capacidad es un concepto errado: usamos todo el cerebro todo el tiempo. Se le atribuye a una errónea interpretación del prestigioso psicólogo norteamericano William James. Primero por su evolución misma y el aumento progresivo de su peso, segundo por lo “caro” que resulta, que siendo su peso el 2% del total del organismo, necesita consumir el 20% del oxígeno total que respiramos para la energía necesaria para su mantenimiento. En resumen, el cerebro necesita siempre de una total integridad para funcionar adecuadamente. Confirmado esto por imágenes en 3D, con el espectro de difusión (DSI)
Lo falso del efecto Mozart: harán unos 25 años la prestigiosa revista Nature publicó un trabajo en que se proclamaba que estudiantes preuniversitarios que habían escuchado una sonata para piano de Mozart durante diez minutos aumentaron temporalmente su capacidad intelectiva. Hoy se ha demostrado que el efecto Mozart es un mito. Pero sobre la música sí hay algo positivo: está demostrado los beneficios de tocar un instrumento musical pues requiere de la activación simultánea de áreas corticales sensoriales (tacto, audición y visión), como las áreas motoras, eso sí repercute de modo positivo en las habilidades cognitivas principalmente de los niños, en particular en el lenguaje y los procesos atencionales.