Sierra de Bahoruco. Este espacio tiene la mayor cantidad de especies endémicas “raras” de República Dominicana. Muchas han desaparecido por el conuquismo nómada, incendios y la tala y quema de árboles para producir carbón vegetal.
“Especies de nuestra flora en peligro crítico de extinción”
Ricardo García, director del Jardín Botánico Nacional, reconoce que cientos de especies de nuestra flora están “en peligro crítico de extinción”, pero explica que determinar la desaparición como tal de una especie endémica “es complejo y para un experto asegurar que se extinguió tal o cual especie, debe hacerlo “después de muchos estudios donde se haya identificado con precisión el único lugar en que estaba esa especie, evaluarlo y entonces conocer cuál ha sido el proceso y darla como desaparecida como tal”.
Un documento titulado “misión rescate, lista roja, alianza por la biodiversidad y la conservación” refiere que “la flora vascular de la República Dominicana está compuesta por unas 6,000 especies, de las cuales más del 24 por ciento es endémica, es decir, no se encuentra de forma natural en ninguna otra parte del mundo. El documento refiere que según las autoridades del Jardín Botánico Nacional, 813 especies se encuentran en peligro crítico, entre las cuales figura el Roblillo (Cucuyo), Muñeco, Tamarindo Cimarrón, Guatapaná, Algarrobo Piqui-piqui, Abey y Flamboyán Amarillo.
Además Caobanilla, Cuchiflichi Cuchifli Cotopery, (jobo Cigueto), Caobanilla, Maga, Ozúa, Zapotillo, Totuma, Guayabita de Falcondo, Mamey de Santo Domingo, Cola Cot, Cabirma de Guinea, Higüerito de Güira Cimarrón, Cuerno de Buey, Pato de Hierro, Canelilla Mataguette, entre otras muchas especies seriamente amenazadas y en peligro crítico de extinción.
Peligro crítico Según García, “se han encontrado entre las especies de nuestra flora identificadas en la lista de “peligro crítico de extinción, la caobanilla, que solo se puede encontrar en la región este del país y una reducida población en Puerto Rico. Es una madera dura, resistente. Se puede localizar en la desembocadura del río Anamuya, en Higüey, “pero esa especie está sometida a una fuerte presión por el desarrollo turístico”.
El funcionario explicó que “lo que sí te puedo decir es que en el caso de República Dominicana hay decenas de especies cuya situación es crítica, pues las poblaciones están reducidas al mínimo y para eso el Jardín Botánico ha venido estudiando un número considerable de esas especies que ya se conocía sus lugares de origen desde que exploradores y botánicos como el Doctor Moscoso Puello vinieron a estudiar y dejaban reportes de esas plantas”.
Refirio que el Jardín Botánico elaboró un listado de esas “especies raras” para seguir los pasos, y recolectar información para saber dónde están, cuántos individuos quedan, y como fruto de las exploraciones las encontrábamos en otros lugares, pues se adicionaban esos espacios nuevos”.
Conocida la ubicación, el Jardín Botánico inició un proceso de evaluación puntual, con un número determinado de plantas, apoyado con fondos que aportó el Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología. Un equipo técnico iba a los lugares donde tenían reportes de esas especies, se contaba el número de individuos, las amenazas, las condiciones en que estaba el ambiente, si había avanzado la frontera agrícola, si existían construcciones o alguna vía de comunicación, es decir, el peligro que existiera alrededor de esa población y de esa especie”.
El siguiente paso fue aplicar un criterio establecido por La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), institución de la cual nuestro país es signatario y, además, es la autoridad mundial en cuanto al estado de la naturaleza y los recursos naturales. “Duramos más de dos años discutiendo esas informaciones y aplicando los criterios donde ellos te dicen un número de tantos individuos por tal espacio y con los factores que ellos toman en cuenta y entonces categorizan y te dicen esta especie está en peligro crítico, esta otra está en peligro, esta es vulnerable y si no existía ningún peligro te informan que esa especie no tiene riesgo ni peligro dentro de la categoría de la UICN. De ese esfuerzo se produjo una publicación que hicimos en el 2016, la llamada “lista roja de plantas de República Dominicana”.
Comenzó entonces el trabajo de identificar las especies consideradas amenazadas, en peligro, y las más raras y en ese proceso trabaja actualmente García y el equipo de técnicos del Jardín Botánico Nacional. “Tenemos especies que tienen poblaciones muy reducidas, con muy alto riesgo de desaparecer en tiempo relativamente corto por distintos factores, como áreas donde hay agricultura, una tumba, una quema. En ese espacio podría llevarla a desaparecer”. En otro caso, precisa el funcionario, hasta la construcción de una vía de comunicación, una carretera, por ejemplo, si no se toman las medidas de lugar, podría dar al traste con esa especie. “La Cojoba Bausencia, a pesar de todas las exploraciones que se han realizado en Bahoruco, la encontramos una vez cerca del arroyo El Maniel y ahí se describió como especie nueva”. En principio encontraron una población de alrededor de 17 individuos. Y cuando retornaron, “el conuquismo, la agricultura había avanzado y cortaron la mayoría de los individuos. Quedaron pocos al borde de un camino. Esa especie está en peligro crítico por los peligros de la agricultura alrededor de esas plantas”.
Casos específicos
“Especies que están en la Sierra de Bahoruco, es el espacio que tiene la mayor cantidad de especies endémicas raras de República Dominicana. Por ejemplo, la especie conocida como “mala mujer” fue descubierta en Barahona cerca del río Bahoruco. Duramos alrededor de 15 años buscándola y no la encontrábamos. Cuando la descubrimos quedaban pocos árboles que ya no están ahí. Desaparecieron”.
El otro punto donde encontramos algunos individuos de “mala mujer fue en la Sierra Martín García, localizada entre Azua y Barahona. Pero resulta que el año pasado regresé al lugar buscando precisamente esa planta, porque un colega botánico está haciendo un estudio sobre esa planta y asegura que es endémica de nuestro país”. Encontré en la Sierra Martín García que habían cortado la planta, porque cultivaron alrededor.
Quedaron diez o 15 individuos adultos, lo que significa que esa especie está en peligro crítico de desaparecer. En la Sierra de Bahoruco hay una Sabina que forma parte del sistema montañoso y es extremadamente raro. Hay un vallecito en la parte alta de Bahoruco donde está la población”.
Refirió que aunque una gran parte de la Sierra de Bahoruco está protegida como parque nacional, por los impactos que ha tenido, “esa especie también está en peligro muy crítico de desaparecer. En la parte seca de Pedernales y Bahoruco está el Tamarindo Cimarrón, una leguminosa que tiene la particularidad de tener el sexo separado, es decir, hay árboles machos y árboles hembras. Pero quedan muy pocos”.
Preocupación por las palmas
A García y los técnicos que laboran en el Botánico les preocupa el grupo de las palmas, porque hay un considerable número de especies que está en peligro crítico y una de ellas es una palma que está ubicada en la zona donde se extra el Larimar, en Barahona. La población está muy reducida porque la gente la ha ido incorporando a la agricultura y podría desaparecer en un tiempo relativamente corto si no se toman medidas.