Excelentes estadísticas respaldan estabilidad del peso

Excelentes estadísticas respaldan estabilidad del peso

Arturo Martínez Moya

No se puede pedir más. La economía no acusa el empeoramiento del contexto externo que observamos como consecuencia de dos guerras que nadie sabe cuándo terminan, oriente próximo y aranceles de Trump, e incertidumbre que generan sus malas ideas, desde el poder aplica la lógica de suma cero, Estados Unidos pierde porque otros ganan, no cree en beneficio mutuo.

Juegan a nuestro favor las excelentes estadísticas acumuladas. Al cierre de 2024 el PIB nominal en dólares sumó US$124.5 mil millones, somos la séptima de mayor tamaño en la región, lo mismo con el PIB per cápita nominal, en torno a US$11,500.

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El PIB real (ajustado por inflación) creció por encima de su potencial, un promedio anual de 6.2%, periodo 2021-2024, se obtuvo por aumentos del empleo y productividad del trabajo, 2,6% y 3.6%, respectivamente.

La economía recuperó y creó 368,851 plazas de trabajo, con máximo histórico de 5.050.930 ocupaciones, el desempleo lo redujo a 255.172, equivalente a 4.8% población económicamente activa a final de 2024.

La inflación anual promedio 5.8% y la tasa de cambio se devaluó mucho menos, 2.4%, entre diciembre 2021 y diciembre 2024, y durante 15 meses se ha mantenido dentro del rango meta de 4% ± 1 %, ubicándose en 3.56% interanual en febrero 2025, entre las más bajas de las economías no dolarizadas de América Latina.

El peso devaluó 2.35% respecto al dólar estadounidense entre diciembre 2024 y 11 de marzo 2025, por debajo de la inflación interanual de 3.56% en febrero. El pronóstico es que el PIB real crecerá entre 4.5 % y 5.0 % en 2025.

En el actual escenario internacional hay elementos que son aprovechables, en Estados Unidos las importaciones se disparan, las grandes empresas se abastecen y la inflación se está cebando. Podemos multiplicar el volumen exportado, cumplimos con dos factores esenciales.

El primero, la mencionada estabilidad del valor del peso frente al dólar respaldada por excelentes estadísticas citadas. Somos importador neto de petróleo y derivados y con el dólar pagamos la factura petrolera, cualquier variación de la tasa de cambio sobre lo previsto, se traslada al precio del transporte y en las empresas repercute en sus precios, añadiendo leña al fuego en la canasta del IPC.

Para asegurar la fortaleza del peso, el Banco Central ha construido un alto nivel de reservas internacionales, US$14,904.6 millones a final de febrero 2025, equivalentes a 11.6 % del PIB corriente en dólares y 5.4 meses de importaciones, más que umbrales recomendados por el FMI, liquidez disponible para enfrentar cualquier cambio brusco en la tasa de cambio sin importar el motivo; además, la Junta Monetaria se mantiene alerta para implementar medidas monetarias de manera preventiva.

El segundo factor no es menos importante, tiene que ver con las sólidas y estables relaciones comerciales Estados Unidos-República Dominicana. Marco Rubio sostiene que el país seguirá como uno de los socios principales de Estados Unidos.

Para nuestras empresas, el aumento de su interés exportador implica invertir para ampliar la capacidad de producción y diversificar lo que fabrican, les favorece, por un lado, el costo de unidad producida (salario menos productividad del trabajo), compara favorablemente con la media regional, es decir, somos competitivos. Y, por otro lado, los trabajadores tienen incentivos para seguir aumentando su productividad, el Gobierno lo tomó en cuenta para incrementar el salario base y recuperar su valor real (una vez restado el alza de los precios) después que históricos niveles de inflación (2022 y 2023) lo pusieron en valor negativo.