Faltó Francisco del Rosario Sánchez

Faltó Francisco del Rosario Sánchez

(en “Perfiles de presidentes dominicanos. 1844-2018”, de Cándido Gerón, editor)

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El grueso volumen del libro editado por el amigo Cándido Gerón, título arriba indicado (Santo Domingo: Centenario, 2018, 918p) es una contribución, como material de acarreo, a quienes se dedican a la ímproba tarea de restablecer a través del análisis dialéctico los hitos de la historia como lo que sucede, no como ideología del racionalismo positivista, de la novela familiar o del amiguismo, que a eso ha sido reducida esta disciplina dentro de nuestra sociedad-cultura signada por el Estado autoritario, clientelista y patrimonialista que fundó el general Pedro Santana a partir del contragolpe militar del 12 de julio de 1844.
Lo que me mueve en esta ocasión no es analizar la enorme labor bibliográfica del amigo Gerón.
Lo que me mueve ahora es un acto de justicia para reivindicar la figura de Sánchez como segundo presidente de la Junta Provisional de Gobierno que se instaló el 28 de febrero en la madrugada luego del trabucazo de Mella. Mella presidió la primera Junta. Luego de la expulsión, legítima y legal, de Tomás Bobadilla y sus acólitos de la Junta Central Gubernativa, Sánchez ocupa la presidencia de esta Junta Central Gubernativa cuando se comprobó que Bobadilla cometió traición a la patria al negociar con el cónsul francés un protectorado a cambio de ayuda económica y militar para que el grupo hatero se quedara en el poder.
Estos datos constan en Ramón Lugo Lovatón, (Sánchez, 2 tomos. Ciudad Trujillo: Montalvo, 1947) y en Emilio Rodríguez Demorizi, Acerca de Francisco del R. Sánchez (Santo Domingo: Taller, 1976). La Junta Central Gubernativa fue la suprema instancia del poder político de la naciente República Dominicana. Su presidente se elegía, hasta que se celebraran elecciones, con el voto de los que representaron a escala del país, a los firmantes y a las comunidades que se pronunciaron a favor de la independencia en contra de Haití. Todavía no se habían celebrado elecciones.
En el libro de Gerón, Sánchez no figura en la lista de presidentes de la República Dominicana. Solo aparece Bobadilla como primer presidente. Gerón dice lo siguiente: «La Primera República también se inicia con el mandato efímero de Francisco del Rosario Sánchez, quien muere fusilado en San Juan de la Maguana, el 4 de julio de 1861.» (P. 31). Bobadilla gobernó tres meses y cinco días; Sánchez un mes y seis días. Y añade más adelante: «Los historiadores, en cambio, consideran a Pedro Santana como el primer presidente constitucional de la República…» (Ibíd.). ¿Cuáles historiadores? ¿Santanistas o trinitarios como eran los historiadores en la Era de Trujillo?
¡Santana fue tan presidente constitucional como lo fue Trujillo! El origen de sus elecciones sucesivas está en el golpe de Estado del 12 de julio y el 23 de febrero de 1930, respectivamente.
Cuando ya Haití, derrotado en dos importantes batallas como fueron Las Carreras, el 19 de marzo en Azua, y el 30 de marzo en Santiago, ambas en 1844, no significaba un peligro real para nuestra independencia.
No me adscribo a la ideología de los padres de la patria ni tengo nada que ver con tendencias historicistas de la sociedad dominicana ni con los historiadores que han escrito la historia dominicana como una novela familiar, por lealtad a amigos, al clientelismo y al patrimonialismo. Para mí, la historia es lo que sucede. Y a eso me atengo. Analizo los hechos históricos de acuerdo a su significación política, militar, diplomática, testimonial escrita u oral, contrastiva, según las circunstancias, el contexto, los intereses de clases, la semiótica de las acciones y las pasiones, etc., etc.
En ese tenor, sigo al pie de la letra el principio de que, en materia de personajes de la historia, no es como estos terminan, sino cómo acaban, y en razón de tal predicamento serán juzgados por las generaciones venideras y sus intelectuales críticos. Yo juzgo con conceptos de la teoría de la historia como teoría del lenguaje a hombres y hechos del pasado; de los hombres y hechos del presente solo tengo opiniones, como corresponde a la historia inmediata.
En cuanto a Sánchez, no me adscribo a la tendencia histórica (Lugo, Viriato Fiallo y otros) que le designó como el único padre de la patria. Tampoco me adscribo a la otra tendencia de los García-Lluberes (padre e hijos y secuaces) que designó a Duarte como el único padre de la patria. En nuestro país ocurrió lo que en Cuba: Duarte y Martí tuvieron el privilegio histórico de crear la idea de la independencia de su respectiva patria; Sánchez y Máximo Gómez tuvieron el valor de materializar esa idea de Duarte y Martí.
Pero Sánchez, por lo explicado y analizado certeramente por Juan Bosch en Composición social dominicana y otros libros (1970), al igual que la mayoría de los trinitarios, en tanto pequeños burgueses urbanos dedicados al comercio, la burocracia civil o militar y las profesiones liberales, tuvo las debilidades de esas fracciones de la clase media estudiadas por el expresidente.
Igualmente Mella, colaborador de Santana, se reivindicó, como Sánchez, al levantarse en armas en contra de la Anexión y murió desangrado en la manigua, practicando su invento de la guerra de guerrillas contra los españoles, teoría y práctica que Máximo Gómez impondrá en Cuba para acabar lo que Martí no pudo, debido a su muerte a manos de tropas españolas por no haber obedecido la orden de Gómez de quedarse en la retaguardia. Sánchez terminó bien. Andrés Julio Montolío dijo: «… en el patíbulo de San Juan todos sus errores y faltas quedaron redimidos.» (Rodríguez Demorizi, ob. citada, p. 237).
Me temo que Gerón no lo incluyó (con foto y todo) como el segundo presidente de la Junta Central Gubernativa, debido a una ideología palaciega que excluyó a Sánchez de la galería fotográfica de los presidentes de la República Dominicana. Bobadilla, primer presidente de la Junta Central Gubernativa no fue elegido en elecciones libres y democráticas. Ni Pedro Santana, salido del contragolpe ya citado, fue elegido en comicios libres y democráticos. Ni todos los jefes de la montonera que se auto-designaron presidentes de la República apoyados en su mesnada, tampoco fueron elegidos en comicios libres y democráticos. Como tampoco Donald Reid Cabral, Antonio Imbert Barrera o Caamaño, elegido por voto indirecto y figuran en el libro de Gerón.
¿Cómo terminaron Reid Cabral e Imbert Barrera?OH, derribando el orden constitucional presidido por Juan Bosch y como colaboradores de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), documentado en el libro inédito de Esteban Rosario, La CIA y la contrainsurgencia en la República Dominicana, y apoyadores de la segunda intervención militar norteamericana a nuestro país en 1965.
Abro el debate entre los distintos miembros de la Academia Dominicana de la Historia y quienes deseen participar para que le demuestren al país que Sánchez no fue el primer presidente de la Junta Revolucionaria de Gobierno que se instaló la noche del trabucazo de Mella y que se pruebe que no fue el segundo presidente de la Junta Central Gubernativa a raíz de la expulsión de Bobadilla. Y se demuestre que Sánchez no fue el segundo presidente de la República.
Si le entregó la presidencia a Bobadilla fue porque este impuso su mayoría en la Junta. Sánchez tiene más mérito que este último para figurar en la lista de presidentes dominicanos.

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