En cuanto al sobrepeso, Berdegué consideró que se ha convertido en una “crisis de salud”/Foto: Fuente externa.
Santiago de Chile.- América Latina y el Caribe tienen el desafío de combatir simultáneamente el hambre y el sobrepeso, dos realidades opuestas que provocan miles de muertes, afirmó hoy en una entrevista con Efe el nuevo representante regional de la FAO, el mexicano Julio Antonio Berdegué.
“Tenemos que ver cómo hacemos las dos cosas al tiempo- mantener la presión para lograr nuestra meta de cero hambre y llevar la lucha contra el sobrepeso y la obesidad a una escala como la tienen ya muchos países, donde es una preocupación importante y una política nacional”, dijo Berdegué, que asumió el cargo la semana pasada.
El nuevo jefe de la FAO en América Latina y el Caribe destacó que la región debe enfrentar de forma urgente la hambruna que padecen unos 34 millones de personas y, al mismo tiempo, el sobrepeso y la obesidad, un problema al alza que ya afecta a 300 millones de latinoamericanos, la mitad de la población.
Ambas situaciones, sin embargo, requieren ser abordadas de manera distinta, puntualizó Berdegué El hambre y la desnutrición han disminuido considerablemente en la región durante las dos últimas décadas, sobre todo gracias a que la mayoría de los gobiernos lo han convertido en una prioridad política.
Para sacar del hambre a los 34 millones de personas que aún sufren ese flagelo, según el representante de la FAO, se requiere “un trabajo más fino, de cirugía” para actuar de manera focalizada en las zonas afectadas.
“Es un trabajo preciso de joyería, región por región, para identificar donde están los bolsones de hambre, las poblaciones afectadas y las causas particulares de esa condición para diseñar programas adecuados”, explicó Berdegué.
Un caso aparte es Haití, donde más de la mitad de la población pasa hambre y posee la tasa de desnutridos más alta del planeta.
“En Haití es un problema muy masivo, estructural, y a todos nos plantea un desafío especialmente complejo”, señaló. Según el responsable de la FAO, en Haití las agencias internacionales deben ayudar a fortalecer la gobernanza y fomentar la ayuda de República Dominicana, el único país con el que comparte frontera.
En cuanto al sobrepeso, Berdegué consideró que se ha convertido en una “crisis de salud” que mata a miles de personas cada año en América Latina a través de enfermedades como la diabetes o cardiopatías.
“Estamos gastando una fortuna, gigantescas cantidades de dinero en tratar de lidiar con las consecuencias de esta situación cuando sería más fácil y barato entrar a prevenir los problemas”, señaló.
En su opinión, la raíz de esta crisis es la “transformación radical” de los sistemas alimentarios que ha registrado la región a gran velocidad en apenas dos décadas. “Hubo cambios en los patrones de consumo producto de la urbanización, la inversión extranjera directa, la expansión enorme del papel de supermercados. Hoy en día, la forma como producimos, distribuimos y comemos es muy diferente”, explicó Berdegué.
Para frenar el incremento del sobrepeso y la obesidad, el representante regional de la FAO afirmó que los gobiernos deben aplicar un “arsenal básico” de medidas, algunas de las cuales ya se desarrollan en algunos países.
Esto debe incluir pedagogía alimentaria para los niños, leyes de etiquetado de los alimentos, políticas fiscales para elevar los impuestos a productos poco sanos y programas de alimentación escolar. Además, destacó, se debe buscar la colaboración del sector privado.
“Las empresas no son ajenas al problema y no pueden ser ajenas a la solución. Esto está matando a millones de personas en América Latina”, dijo. Otro tema que preocupa al nuevo responsable regional de la FAO es la distribución de tierras, que en esta región es la más desigual del mundo.
“Un pequeño número de empresas concentran un altísimo porcentaje de la tierra y 15 millones de agricultores familiares apenas tienen 500 millones de hectáreas en toda la región”, señaló. Berdegué aseguró que es un problema de larga data en la región cuya solución depende de la voluntad política de los gobiernos, por lo que es poco probable que mejore a corto plazo.
“No se solucionará en los próximos años. No veo en la agenda política hacer procesos de redistribución radical de la tierra. Es un problema que causa revoluciones, un problema político de gran importancia”, concluyó.