La llegada del Día de los Reyes era un gran acontecimiento en la vida del humorista Fausto Mata. Ha sido todo un suceso que marcó de manera positiva su niñez, y que ahora ha traspasado a sus hijos.
“El Día de Reyes de antes, es muy diferente al de ahora porque nosotros manteníamos la ilusión de que existían los Reyes Magos. Entonces, nosotros hacíamos todo un suceso en la víspera para buscar las hierbas y ambientar esta celebración”, señala el popular comediante.
Este día iniciaba a las 5:00 de la mañana, cuando el sonido de los pitos y la algarabía de sus amiguitos le indicaban que ya había amanecido y que los Reyes habían llegado.
“Yo me acostaba tardísimo para ver cuándo llegaban Melchor, Gaspar y Baltasar, pero mis padres siempre sabían cuándo el sueño me vencía. Siempre nos mantuvieron a mí y a mi hermanito con esa ilusión”.
En medio de la precariedad familiar, debido a que su progenitor Germán Antonio Mata vendía yuca en el mercado y no siempre le iba bien con las ventas, sus padres procuraron hacerle un regalo en ese día _ un auto o un avión, nada de juguete bélico.
“Yo disfrutaba tanto de eso, porque sabía el esfuerzo que hacía mi papá para buscarnos ese juguete. El regalo más grande que pude recibir fue cuando me regalaron mi primera bicicleta. Esto fue de lo último que me dieron, pues estaba entrando a la adolescencia”.
Otra de las cosas que añora de esa época es cuando intercambiaba o le prestaba sus juguetes a sus amigos de La Zurza. El ser solidario es una cualidad que le quiere legar a sus hijos.