11:00 AM. Se inicia, ante el Altar de la Patria, la ceremonia de toma de posesión del coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, como Presidente Constitucional de la República Dominicana en armas. Ante una gran masa de dominicanos y dominicanas allí reunida, toma el juramento de rigor en la que se compromete a defender la constitución y las leyes vigentes en el país. Era ya un ciudadano civil.
Se guardó un minuto de silencio por los caídos en la lucha por la democracia que ellos en ese momento encarnaban. Luego se leyó el acta de la reunión del Congreso dando cuenta de la forma en que se había desarrollado la sesión la noche anterior y fue entonces cuando el electo Presidente de la República habló a los presentes:
«Queremos que las tropas de Estados Unidos se retiren de nuestro país tan pronto como sea posible, de manera que el nacionalismo del Pueblo dominicano no se convierta en anti-americanismo». Acusó a los estadounidenses de avanzar durante la noche, en violación de los acuerdos establecidos. «Más aun, señaló; cuando las tropas extranjeras se mueven: llevan detrás de ellos a los del CEFA, quienes van dejando francotiradores en el área para crear víctimas y confusión en la Zona Constitucionalista».
Era evidente que se preparaba un fuerte ataque en contra de los rebeldes, por lo que Caamaño fue breve en su intervención para ponerse en mayor alerta y organizar las defensas necesarias para enfrentar lo que se veía venir.
Los norteamericanos seguían atacando con artillería pesada desde la zona de los Marinos Dominicanos hostigaban desde diversos ángulos de toda la ciudad. Caamaño trata de localizar tanto a Bennet como a Martin p ro estos no aparecen. Las maniobras de avance del enemigo con tanques son reportadas a Caamaño por los comandos y se empieza a hacer un llamado al Pueblo dominicano por la emisora constitucionalista:
«Los soldados yanquis han continuado su avance ampliando la zona llamada neutral. Pretenden haber recibido permiso de las autoridades dominicanas sin precisar lo que ellos entienden por autoridades. La banda de Wessin y Wessin que los llamó para cubrir su retirada y salvarlos de la derrota que el Pueblo dominicano les ha Infligido no constituye autoridad alguna en nuestro país. Es falso que se haya concluido un arreglo, a fin de ampliar en toda la medida de lo posible la zona de seguridad internacional. Los invasores solo buscan robarse el suelo del pueblo, para hacer fracasar a los Constitucionalistas y ganar tiempo para Wessin y Wessin y sus asesinos. La nación entera debe considerar a los invasores yanquis como enemigos. ¡Que todo el mundo dispare sobre los yanquis que se encuentren fuera de Ia zona neutral!, Escuchen a la República Dominicana, no a los yanquis”.
Caamaño volvió a llamar reiteradamente a la Embajada en procura de Bennet o Martin. En una de las llamadas, cuando decían que a quienes procuraba no se encontraban en la zona, Caamaño le dijo: «Mire, le voy a dar cinco minutos para que aparezca John Bartlow Martin. Si no aparece le voy a dar órdenes a todos los constitucionalistas para que le tiren a las tropas norteamericanas donde quiera que aparezcan». A los dos minutos se recibió una llamada en el edificio Copello del enviado del presidente Johnsol John B. Martin, pidiendo hablar con el presidente Caamaño Deñó. Pocos minutos después se detuvo el avance de los tanques que se movían en dirección de los constitucionalistas.
El gobierno del coronel Caamaño designa al coronel ManueI Ramón Montes Arache como Ministro de Defensa; a Héctor Aristy, Jefe. Ministro de la Presidencia; Coronel Lora Fernández, Jefe del Ejercito; Jottin Cury, Ministro de Relaciones Exteriores; Rafael Abinader Velarde, Ministro de Hacienda; Marcelino Vélez Santana. Ministro de Sanidad; Ramón Ledesma Pérez, Ministro sin cartera; Luis Seheker, Gobernador del Banco Central y Dr. Antonio Rosario, representante ante la OEA.
La toma de posesión del gobierno de Caamaño le complicó a Bennet y compartes los planes que venían articulando para la formación de un nuevo gobierno títere encabezado por Antonio Imbert Barrera.
Mientras: la administración Johnson hacia esfuerzos enormes para que se aprobara en el seno de la OEA una fuerza interamericana que legitimara la presencia de los 19.363 militares estadounidenses que ya estaban en territorio dominicano. Algunos países le hacían una fuerte oposición al gobierno de Johnson y a su injustificable intervención militar en República Dominicana. Necesitaba contar con 14 países y solo tenían 12 o 13 asegurados para la votación aprobatoria. Chile. México y Uruguay se le oponían firmemente. Procuraban un consenso para Estados Unidos, con sus países aliados y el ardid de la «fuerza multinacional», disfrazar de legitimidad la barbaridad cometida en República Dominicana: donde aún no se cumplían sus objetivos desestabilizadores contra las aspiraciones del Pueblo dominicano y su lucha por rescatar su democracia legitimada en unas elecciones libres. Internacionalizar el conflicto era Ia única manera de enfrentar políticamente el prestigio; popularidad y legalidad del gobierna de Caamaño.
Dentro del contexto de la crisis, el Consejo de Seguridad volvió a reunirse este día, 4 de mayo, para considerar la cuestión dominicana. Carlos María Velásquez, representante del Uruguay, atacó la «doctrina Johnson» y sugirió que el Consejo pidiera «el cese inmediato de toda acción unilateral» en la República Dominicana. Velásquez recomendó también al Conseja adoptar medidas contributivas al cese de las hostilidades «y que permitan al pueblo de la República Dominicana ejercer la autodeterminación».
A la salida de la toma de posesión del Presidente Caamaño, fue apresada y fusilada por el CEFA: junto a otros constitucionalistas: Yolanda Guzmán: involucrada en el movimiento rebelde desde antes del 24 de abril.