«Gori» Moya quedó a cargo de cobros a bancas le dijo «Mimilo», asegura delator

«Gori» Moya quedó a cargo de cobros a bancas le dijo «Mimilo», asegura delator

Fernando Crisóstomo, señalado como la persona que creó la estructura que posibilitó a la presunta red encabezada por los exministros Donald Guerrero, Gonzalo Castillo y José Ramón Peralta realizar cobros a las bancas de lotería, deportivas y negocios con máquinas tragamonedas de manera ilegal, reveló durante un interrogatorio que Ramon Emilio «Mimilo» Jiménez le dijo que el diputado de la circunscripción número 3 del Distrito Nacional por el Partido Revolucionario Moderno (PRM), Sergio «Gori» Moya había quedado al frente de la estructura de cobros tras su salida de la operación.

Según Crisóstomo dijo a los representantes de la Procuraduría Especializada de Persecución a la Corrupción Administrativa (PEPCA), a su salida de la estructura, en agosto de 2018, en la estructura «Había mucho desorden fruto del manejo que empezó a tener «Gori» Moya quien supuestamente, porque no me consta, pro decían que tenía un manejo fuera de control».

Señala a «Gori» Moya

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Además, Crisóstomo aseguró que otros miembros de esa estructura que trabajaron con él siguieron bajo el mando de «Gori» Moya en las operaciones de cobro.

Crisóstomo es el creador de un proyecto que consistió en hacer un levantamiento en todo el territorio nacional de todos los puntos de venta de lotería y banca deportiva para que el Gobierno contratara una empresa privada que se encargaría del cobro de los impuestos correspondientes.

Al ponerse en marcha el programa, el grupo inició operativos de cobro que degeneraron en que los mismos propietarios de bancas se acercaran a ellos por lo que le pidieron una lista completa de todas las bancas que tenían. Luego los banqueros que «llegaron a un acuerdo» fijaban una fecha de pago del monto acordado por la extorsión.

Crisóstomo confesó a los titulares de la PEPCA que se sintió «Engañado» ya que tenía expectativas de cobrar hasta tres mil millones de pesos al año adicionales a los que cobraba el Estado por la gestión pero que se terminó invirtiendo 300 millones de pesos que se esfumaron.