El pasado 12 de julio se cumplieron 98 años de que las tropas de Estados Unidos comenzaron a abandonar la República Dominicana, luego de ocho años de ocupación.
Una semana antes, Horacio Vásquez y Federico Velázquez fueron juramentados presidente y vicepresidente y cinco días más adelante, el pueblo dominicano vio entusiasmado y lleno de júbilo cómo la bandera estadounidense era arriada de todos los recintos militares, y en cambio era enarbolada la dominicana.
Previo a su participación en la Primera Guerra Mundial, en 1912, Estados Unidos ocupó la isla Hispaniola. En 1915 los marines ocuparon Haití y en noviembre de 1916 se oficializó la intervención militar de la República Dominicana. El pretexto de los gringos para disponer la ocupación fue la “falta de organización administrativa del Gobierno dominicano para garantizar el pago de la deuda externa con empresas estadounidenses”.
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Cuando se produjo esta invasión el presidente de la República era Juan Isidro Jimenes, que designó al general Desiderio Arias, ministro de Guerra y Marina, y al mismo tiempo le hizo una serie de concesiones económicas, le entregó recursos para obras que nunca construyó, además de empleos para sus seguidores. No obstante, el guerrillero desertó del sector jimenista e hizo causa común con el grupo opositor que lideraba Horacio Vásquez. La insubordinación del ministro de Guerra se hizo tan molesta al presidente Vásquez, que comenzó a tomar medidas defensivas en contra de los desmanes que Arias venía realizando.
Ante el clima de descomposición en que estaba sumido el país, Estados Unidos reiteró a Jimenes su disposición de colaboración para lograr la estabilidad de las instituciones dominicanas, pero el gobernante rechazó la oferta, por considerarla “lesiva a la soberanía nacional” . En una actitud de patriotismo, el gobernante prefirió renunciar a la primera magistratura de la Nación mediante un hermoso mensaje dirigido a país a principios de mayo de 1916.
Con el propósito de evitar que el capitán White asumiera la gobernación militar del país, el Consejo de Secretarios decidió mantener el control del Estado y escogió como presidente provisional a Francisco Henríquez y Carvajal, muy a pesar de la oposición del ministro estadounidense Rusell y el almirante Caperton. Las instrucciones que tenían estos enviados de Washigton era que cualquier candidato presidencial debía someterse previamente a los dictados del departamento, pues de lo contrario sería vetado.
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En poco tiempo la ocupación militar se hizo cargo de las instituciones dominicanas que fueron suplantadas por un Gobierno militar. Una orden dictada en diciembre de 1916, dispuso que ningún ciudadano podía ser elegible para ocupar las carteras relativas al orden: Interior y Policía y Guerra y Marina. Los demás puestos del gabinete fueron llenados por oficiales del cuerpo de Infantería.
A fines de noviembre de 1916 el capitán H.S.Knapp, jefe de las fuerzas de los EU, proclamó que “República Dominicana queda puesta en un estado de ocupación militar y sometida al Gobierno Militar y al ejercicio de la Ley Militar”, mandato que duró ocho años. Durante ese triste periodo se sucedieron en la gobernación militar, además de Knapp, los comandantes Fuller, Snowder, Robinson, Anderson, Pendlton y Lee.
A mediados del año 1921, durante el Gobierno provisional de Juan Bautista Vicini, el Gobierno militar anunció que el presidente Harding había ofrecido un plan para la desocupación del país, lo que motivó un proceso de negociaciones que concluyó el 12 de julio de 1924 con la desocupación total del territorio dominicano, hace ahora 98 años.