Desde hace varios meses, se teje en la conciencia de la ciudadanía la inquietud por conocer el próximo paso político de quien a pesar de ser hijo de un expresidente de la República, no hace alardes mediáticos de esto para ganar adeptos, confianza y simpatía.
Un joven que con tan solo 32 años de edad ocupa la posición de legislador por la demarcación política más importante desde el punto de vista social y económico de República Dominicana, y a quien analistas políticos colocan en su carrera política un futuro prometedor.
Me refiero a Omar Leonel Fernández Domínguez, nombre que leído rápidamente hasta pudiera llegarse a interpretar que nos referimos al expresidente Leonel Fernández, su padre, pero no, es exactamente Omar Fernández, su hijo.
Hace algunas semanas tuve el honor de entrevistarle para el periódico HOY Digital, conversación muy amena, abierta, noticiosa, sin poses y que concluyó con el deleite de varios pedazos de pizza.
Entre mis inquietudes, tuve el atrevimiento de comentar sobre las intenciones de escribir sobre su futuro político inmediato, a lo que sonrió y prometió esperar para degustar en modo lectura, lo que ni siquiera él mismo ha terminado de decidir.
Su gestión como legislador se ha caracterizado por el sometimiento de proyectos de leyes orientados a aspectos poco tradicionales pero de suma importancia para una ciudadanía pensante, visionaria y preocupada como la que hoy se presume es cuenta el país, entre estos destacan el que procura regular la transición gubernamental, otro que busca liberar de impuestos las toallas sanitarias, también el de la creación de un Centro Nacional de Criminología para combatir la imperante delincuencia que afecta el país o por ejemplo, aquel que busca castigar a quienes optan por el maltrato animal y la creación de su respectiva Procuraduría especializada, tal como la tenemos para el medioambiente.
Partiendo de estos proyectos y otro más, junto a una innovadora forma de comunicar (publicitar) sus acciones, el rol como vocero de la bancada de los diputados de su partido, a Omar Fernández se le vislumbra como un posible candidato a una de dos posiciones en el Distrito Nacional: Alcaldía o senaduría.
Sin embargo, veo un Omar Fernández con los pies muy bien colocados sobre la tierra, y en un escenario en el que tenga que enfrentar a la actual alcaldesa Carolina Mejía y frente a quien tendría los números para competir, no le veo desde un partido de oposición intentar dicha travesía.
Mientras, si opta por inclinarse en enfrentar al partido de Gobierno, su actual senadora Faride Raful u otro en esa posición, el perfil, aceptación y simpatía de Omar Fernández podría darle a la Fuerza del Pueblo la curul senatorial más importante del país y en la que su electorado hacia esa posición no actúa en base al mercantilismo tradicional e imperante en otras demarcaciones.
No es un secreto para nadie que en todas las encuestas, sin excepción, quizás producto de la decepción, colocan hasta por veinte puntos por encima de la actual senadora a Omar Fernández. Lo dejo enfocado en ambos por las pocas probabilidades existentes para el que en su momento fue un gran partido morado en el Distrito Nacional.
En su más reciente publicación de redes sociales, excelentemente producida, Omar Fernández mira hacia su izquierda (Congreso Nacional – Senado) y mira hacia su derecha (Alcaldía de la Ciudad Primada de América), quizás aún con la misma cuestionante de hacia dónde ir en las próxima batalla electoral.
Omar no es de improvisar ni lanzar patadas voladoras, todo es calculado y bien analizado. La carrera política de Omar Fernández se ha ido construyendo de forma limpia, sin interrogantes, autentica, al margen de las cuestionantes negativas que sectores determinados le lanzan a su padre, pero acogiendo la extensa lista positiva que otros le señalan, sobre sus hombros no se cargan derrotas.
Los plazos electorales son fatales, más tarde que nunca ya todos sabremos cual será su decisión y lo que en ese momento convenga según los estudios de medición, aunque sin optar por las dos posiciones antes señaladas, repetir como diputado para él sería lo que en béisbol significa un «fly al carcher», no obstante, y es lo que considero de ¿hacia dónde irá Omar Fernández?, tanto para él como para el país, cruzar por los pasillos de la Cámara de Diputados al Senado de la República, habría un mayor triunfo ciudadano, político y generacional.