Las metas económicas son las mejores expresiones de lo que un gobierno quiere en materia de realizaciones materiales, al tiempo de que sirven para crear motivaciones a los distintos agentes económicos y consumidores. Sin metas no puede ver sentido de dirección ni tampoco procurar resultados que reviertan determinadas situaciones o construir otras.
En el caso particular dominicano, en los últimos años, los gobiernos se han trazado un conjunto de metas económicas, contempladas en lo que se denomina el panorama macroeconómico para el mediano plazo, elaborado por el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo, con el concurso del Banco Central y el Ministerio de Hacienda. El más reciente corresponde a agosto de 2023, en la que se incluyeron las nuevas reestimaciones de variables clave para la conducción de la política económica.
Las variables económicas y sus metas que incluye el panorama macroeconómico para los próximo cinco años incluyen al PIB real, al nominal en pesos y dólares, la inflación, la tasa de cambio y contiene un conjunto de supuestos relativos a precios internacionales de productos importantes como el petróleo, oro, nickel, carbón, y la inflación en los Estados Unidos, así, además, el crecimiento previsto del PIB de USA.
Hace casi cinco meses que la autoridad monetaria, por intermedio del Banco Central, comenzó a dar señales de flexibilizar la política monetaria, utilizando uno de sus principales instrumentos, la tasa de política monetaria, para lo cual, la redujo en un primer anuncio el 31 de mayo de 2023 de un 8.5 % a un 8.0 %, posteriormente la disminuyó de nuevo el 29 de junio, colocándola a un 7,75 % y en la última ocasión que la volvió a bajar fue en agosto, ubicándola en un 7.50 %, lo que significa que la reducción de la tasa de referencia ha sido de 150 puntos básicos.
La expectativa natural de la postura monetaria descrita precedentemente, es la de influir en la caída del precio del dinero bancario; pero resulta, que a junio de 2023 la tasa de interés activa promedio ponderado era de 12.41 % y para este 22 de septiembre fue de un 14.09 % y para el promedio de las tres primeras semanas del referido mes, es de un 14.12 %, mostrando que el efecto transmisión esperado, causado por la reducción de la tasa de política monetaria, en nada ha incidido a la baja sobre la tasa de interés bancario, por el contrario, lo que ha hecho es elevarse en 1.68 puntos porcentuales.
El nulo efecto transmisión de la reducción de la tasa de referencia monetaria sobre la de interés bancaria, acontece no replicando sus antecedentes, en la que el indicado efecto comienza a verse en el mercado a partir de los 3 meses y en este caso ya cumplirá 5 meses y la tasa de interés activa no muestra señales firmes de reducción, a lo más que ha llegado es a tener algunos movimientos zigzagueantes.
El comportamiento mostrado por la tasa de interés en el mercado de intermediación financiera, es un resultado que no se alinea a las metas del gobierno, lo que puede explicarse porque los agentes económicos privados no han recibido como suficiente la acciones del sector público para poder relanzar a la economía y, también, cuenta que la postura de la Reserva Federal (FED) ha ido subiendo su tasa de interés, constituyéndose en un atractivo para inversionistas y además, como un factor de preocupación, en razón de que el tema de la inflación aun no ha sido corregido en la economía de los Estados Unidos.
La tasa de referencia del Banco Central no se ha movido en la misma dirección que la de la FED, ese tema, junto al hecho de que el control de la inflación en el plano de la economía dominicana aun no puede afirmarse con certeza que está controlada, dado el movimiento hacia el alza de los tres últimos meses de lo que va del año 2023, puede explicar parte del por qué la tasa de interés bancaria local no ha bajado.
En lo relativo a la meta y rango de inflación que contempla el programa monetario de 2023 del Banco Central, estableció la meta en un 4.0 % y el rango en un mínimo de 3.0 % a un máximo de un 5.0 %; sin embargo, los valores observados no muestran una consistencia para afirmar que la inflación dominicana esté controlada. Veamos, luego de incumplirse la meta de inflación en los años 2020 al 2022, con un 5.55 %, un 8.50 % y un 7.83 % de inflación, los tres niveles por encima de la meta y del techo del rango, nos encontramos que la inflación interanual a agosto de 2023 se sitúa en un 4.27 %.
Si bien es correcto que la tasa de inflación a junio de 2023 se situó en un 4.0 % interanual, justo el valor de la meta, y que luego en julio fue de un 3.95 %, la inflación mensual de junio a agosto fue cada vez mayor, pasando de un 0.22 % en junio, luego de un valor negativo en mayo de un 0.20, en julio fue de un 0.45 % y en agosto de un 0.52 %, demostrativo de que en la economía dominicana existen presiones inflacionarias que no permiten asegurar que la inflación está controlada y que resulta temprano para decir que se cumplió con la meta.
En lo referente al desempeño económico, expresado en el PIB, la primera proyección que se estableció para el 2023 fue de un 5.0 %, en ocasión de la elaboración del presupuesto anual de la nación, después se reestimó a la baja a un 4.5 %, luego a un 4.0 % y en la actualidad se ha contemplado que la economía crecerá a tan solo un 3.0 % al finalizar el año que transcurre.
Los datos observados que muestra el PIB dominicano, indican que la economía tiene al menos dos condiciones, la primera que se encuentra estancada, dado el hecho de que en marzo de 2023 la tasa de crecimiento fue de un 1.4 % y a agosto fue de un 1.5 %, métricas inequívocas del estancamiento; el segundo, que el comportamiento del PIB ha retrocedido, habida cuenta que en el 2022 la economía creció en un 4.9 %, mientras que, el dato más actualizado del PIB es de un 1.5 %. La economía deberá crecer cercano al 5.0 % en lo que resta del año para poder cumplir con la meta del 3.0 % de crecimiento al cierre del 2023, caso poco probable.
En la parte de la emisión de dinero y liquidez de la economía, medida por la base monetaria restringida y el M1, el programa monetario proyectó crecer en un 7.1 % para el año 2023, sin embargo, la BMR en su métrica observada es de un -1.32%. Si la referida base hubiera crecido como lo proyectado, el monto sería de RD$ 406,142 millones y no RD$ 373,065 millones que tiene registrado en la tercera semana de este septiembre. Por el lado del medio circulante apenas creció en un 3.3%, cuando se proyectó entre un 6.0% o 7.0%.
Como el lector ha podido darse cuenta, variables económicas clave no han sido cumplida para lo que va del año que transcurre, pareciendo que se le hace tarde a las autoridades detener el desvío que muestran las metas proyectas frente a las observadas, apreciando entonces un fuerte nivel de incumplimiento.