Washington, EE.UU. El índice de precios al Consumo (IPC) aumentó un 0,3 por ciento en junio en EE.UU., con lo que la tasa interanual quedó en un 0,1 por ciento, la primera vez en este año en que se sitúa en terreno positivo, informó el Departamento de Trabajo.
El incremento se debió sobre todo a la subida de precios en los sectores de energía, alimentación y vivienda, después de que en mayo la inflación se situase en una tasa interanual del 0 por ciento.
Sin tener en cuenta los precios de los alimentos y la energía, que son los más volátiles, el aumento de la llamada inflación subyacente fue del 0,2 por ciento, según las cifras oficiales.
En junio, los precios de los combustibles en las gasolineras estadounidenses, uno de los productos que más han bajado de precio en el último año, registraron un aumento medio del 3,4 por ciento, después de que en mayo subiesen también un 10,4 por ciento, pero aún así, permanecieron un 23,3 por ciento por debajo de los de junio del año pasado.
En general, los precios de la energía aumentaron el pasado mes un 1,7 por ciento, pero siguen un 15 % por debajo de los del mismo mes de 2014.
Este aumento de la inflación ya había sido anticipado por la mayoría de los expertos.
Desde diciembre el IPC interanual se había mantenido en 0 por ciemto o en terrenos negativos, deprimido sobre todo por la caída de los precios de los carburantes en los mercados internacionales, en los que llegó a reducirse a prácticamente la mitad, y por la fortaleza que ha cobrado el dólar, que abarata a los consumidores los productos importados.
En su comparecencia semestral ante el Congreso, la presidenta de la Reserva Federal (Fed), Janet Yellen, anticipó esta semana que el organismo rector de la política monetaria del país considera que la apreciación del dólar y los bajos precios del petróleo son factores que han de estabilizarse progresivamente.