Estudio para obtener grado universitario plantea que beneficios de la cesantía se ven opacados por algunas desventajas
No por tener seis años de haber sido presentado, deja de ser interesante el informe final presentado por los estudiantes María Fernanda Pereyra Suero y Fausto Enmanuel Paredes Adón para obtener el grado de licenciados en Administración de Empresas en la Universidad Pedro Henríquez Ureña.
Ese informe, que aborda la necesidad de promover políticas integrales, tanto activas como pasivas, para la protección del empleo, analiza el impacto de la cesantía en el mercado laboral dominicano y concluye en que los beneficios que tiene ese instrumento para los empleados se ven opacados por sus desventajas, entre ellas porque los empleados no se motivan a ser mejores profesionales y a buscar mejores y más gratificantes empleos por temor a perder la cesantía aunque trabajen inconformes.
Los empleadores ven la cesantía como el mayor costo laboral no salarial “porque la misma se acumula con los años de servicio que presto el trabajador y representa un obstáculo para la productividad, ya que, en ocasiones las empresas se ven en la obligación de hacer reducciones de personal enfocándose en el factor económico y dejando de lado, la productividad”.
La cesantía, tal como se aplica en el país, estaría actuando en dirección contraria a una de las principales políticas activas para la protección del empleo: el incentivo a la contratación.
El informe hace un recorrido por los principales instrumentos que se implementan en América Latina y el Caribe en apoyo al trabajador cuando pierde su trabajo (seguro de desempleo, cesantía, cuentas individuales de indemnización) y plantea la conveniencia de un cambio: sea sustituyendo la cesantía o modificándola.
Y en el marco de esta última opción sugiere el establecimiento de una cantidad límite de importe de cesantía fijada en 23 días de salario ordinario hasta un máximo de tres años, sin exceder el monto de cuatro salarios cotizables.
El informe también plantea la opción de sustituir la cesantía por un seguro de desempleo, el cual serviría como una protección completa para el trabajador durante el tiempo en que este se encuentre buscando un empleo. Pero esta opción podría resultar muy costosa y más complicada.
El buen juicio aconseja que estos temas no estén ausentes en la discusión en torno a la reforma laboral y que su presencia se mantenga hasta que se logre un acuerdo.