El Instituto Dominicano de Genealogía, Inc., arribó el pasado 26 de enero al cuarenta aniversario de su fundación. En sus cuatro décadas de existencia ha cumplido plenamente con su objetivo de ampliar e intensificar los estudios y las labores en el campo de la genealogía en el país, guiado por monseñor Hugo Eduardo Polanco Brito, Tomás A. Pastoriza Espaillat, Julio G. Campillo Pérez, Luis Arthur Sosa, Luis José Prieto Nouel, Edwin Espinal Hernández, Leonardo Díaz Jáquez y Milcíades Núñez Núñez.
Fruto de las investigaciones especialmente referidas a familias dominicanas, de sus miembros son los veintiún volúmenes que conforman su colección, reunidos en las series “Investigación genealógica”, “Familias dominicanas”, “Historia familiar” y “Charlas genealógicas”, así como los cinco folletos publicados bajo el título “Apuntes para una genealogía” y los ocho números del boletín “Raíces”. Paralelamente a esta labor editorial, el instituto ha realizado seminarios y mesas redondas sobre genealogía, pero sin duda su obra de más largo aliento ha sido la columna “Cápsulas Genealógicas”, iniciada en octubre de 2004 en el suplemento sabatino Areíto de este periódico y a la cual puede accederse en la dirección www.idg.org.do.
En esa sección se han publicado más de dos mil textos sobre personajes históricos dominicanos y extranjeros, el fenómeno migratorio, bibliografía genealógica dominicana, personajes de la colonia, familias dominicanas, fuentes para la investigación genealógica y teoría genealógica. Parte de las cápsulas publicadas fueron reunidas en sendos volúmenes.
El instituto surgió por iniciativa del Dr. Julio G. Campillo Pérez y al amparo de la Academia Dominicana de la Historia, al punto de que los suscribientes de su acta constitutiva fueron sus entonces miembros Emilio Rodríguez Demorizi, Pedro Troncoso Sánchez, Hugo Eduardo Polanco Brito -primer presidente del IDG-, Manuel de Jesús Mañón Arredondo, Manuel Antonio Amiama, Vetilio Alfau Durán, Joaquín Balaguer, Manuel de Jesús Goico Castro, Carlos Larrazábal Blanco, Francisco Elpidio Beras Rojas, César Herrera, Frank Moya Pons, Carlos Dobal, J. Agustín Concepción y el ya citado Campillo Pérez.
Solo no formaban parte de la nómina de la Academia los también fundadores José Antonio Jimenes Hernández, Fernando Fernández Cavada Paris, Alejandro Grullón E., Gustavo Tavares E. y Tomás A. Pastoriza E., estos tres últimos auspiciadores de la primera obra publicada por el IDG: “Francisco Espaillat y el desarrollo del Cibao”, de Julio G. Campillo Pérez, texto aparecido en 1985 y que marcó el renacer de la bibliografía genealógica en el país, en suspenso desde la publicación en 1979 y 1980 de los últimos nueve tomos de la monumental enciclopedia genealógica “Familias dominicanas”, de Carlos Larrazábal Blanco, investigación colosal no superada hasta la fecha.
En ese texto, Campillo Pérez dio a conocer la descendencia del médico y empresario francés Francisco Espaillat Virol hasta las generaciones entonces más recientes, hilando la genealogía de este personaje del siglo XVIII a partir de la descendencia de su prole, repartida en varias estirpes en la región del Cibao y Venezuela.
En 1989 vería la luz el segundo volumen, también de la autoría de Campillo Pérez, “Ulises Francisco Espaillat y su familia – investigación genealógica”, dedicado a desarrollar la genealogía del sin duda más ilustre nieto de Francisco Espaillat Virol y tronco de la oligarquía dominicana.
Con esos dos primeros volúmenes se inició una nueva etapa en los estudios genealógicos, constituyéndose en un eslabón clave en el cultivo de esta ciencia en el país, como en el pasado lo habían sido fray Cipriano de Utrera y Carlos Larrazábal Blanco.
A partir de esos textos, la bibliografía genealógica dominicana se enriqueció con obras que abordan una determinada familia o apellido que, vistas globalmente, ofrecen visiones de conjunto del entramado genealógico de una ciudad o región o de flujos migratorios de variada procedencia.
De ellas, entre las publicadas por el IDG se encuentran “Adolfo Alejandro Nouel y Bobadilla”, de Luis José Prieto Nouel; “Más familias dominicanas”, de Patria Quisqueya Concepción; “La familia de Máximo Grullón Salcedo”, de Julio G. Campillo Pérez; “Baní: raíces históricas”, de Manuel Vetilio Valdera Valdez; “Huellas de familia: la familia Simó”, de Dennis Simó Torres; “Vida y antepasados de Constancio Bernaldo de Quirós” y “Antepasados coloniales de José Cassá Logroño”, de Constancio Cassá; ‘Nosotros, la familia Pichardo Román”, “Manuel de Jesús Tavares Portes en el centenario de su fallecimiento, 1906-2006”, “José Batlle Filbá: del Maresme catalán al Cibao dominicano”, “De mi quehacer genealógico” y “Trayectoria de la familia Mallén en República Dominicana”, de Edwin Espinal Hernández y “Los Saint-Hilaire: de Francia a la Línea Noroeste”, de Leonardo Díaz Jáquez.
Desde febrero de 2000, creada por Víctor Arthur Nouel y Luis H. Arthur Sosa, el Instituto Dominicano de Genealogía cuenta con su página web, destinada a ofrecer orientación pública sobre investigaciones en la materia.
Su mayor fuente de datos son las Cápsulas Genealógicas y utiliza un motor de búsqueda para la localización de información.
En sus cuarenta años de existencia, el Instituto Dominicano de Genealogía ha devenido en el guardián de la parentela de la Patria.