Inundaciones en el Bajo Yaque

Inundaciones en el Bajo Yaque

El cercano paso de los huracanes Irma y María por la costa norte del país provocó inundaciones en diferentes regiones. Las causas se pueden resumir en demasiada lluvia y/o poca capacidad de descarga de los cursos de agua, en ocasiones provocadas por obstáculos en sus cauces: sedimentos, construcciones, malezas, etc. Por tanto, es necesario mantenerlos limpios, especialmente en los meses de lluvia. Algunos países los amplían proveyéndolos de un mayor ancho; he escrito sobre los canales contra inundaciones en la vecindad de Los Ángeles, California, muchos lectores los habrán visto en películas; policías persiguiendo delincuentes a toda velocidad.
La prevención de inundaciones es un tema tan importante que se construyen costosas presas con ese único fin puesto que hay límites al aumento de la descarga de un canal o curso de agua. Uno evidente, es la pendiente que le podemos dar, pues ésta depende del terreno por donde discurre, si le damos una mayor, el canal se enterrará y a menos que podamos resolver el problema con un túnel y desaguar más abajo, no habremos conseguido nada. Esta limitante es entendida por los ingenieros hidráulicos dominicanos, sencillas ecuaciones empíricas que incluyen la pendiente y el área le permiten calcular la descarga de un canal o curso de agua. Si no se puede aumentar la pendiente muchas veces se propone aumentar la profundidad o el ancho del cauce para conseguir mayor área (área mojada) y aumentar la descarga.
Los ríos tienen, en general, tres tramos de pendientes diferentes, empezando por las montañas donde nacen y fluyen empinados, luego uno intermedio y finalmente el último que llega al océano o mar con poca o nada de pendiente. Muchos ríos dominicanos como el Higuamo, Soco, Chavón, Yaque del Sur y Yaque del Norte, llevan poquísima o ninguna de pendiente al final. La razón fundamental: el terreno por donde escurren. El Yaque del Norte, por ejemplo, va por un llano cada vez menos inclinado y al final probablemente sea prácticamente horizontal, en consecuencia, el último tramo del Yaque tiene posiblemente pendiente cero. En adición, sucede que el sedimento que llevan los ríos se va depositando en las desembocaduras por doble efecto de: poca pendiente y contacto con el agua salada.
La conjunción de esos factores hace que la capacidad de descarga de los ríos disminuya y en caso de tormentas o huracanes, se desborden anegando más de las áreas circundantes. Es lo que sucedió en el área de influencia del Yaque del Norte al paso de ambos huracanes, una gran inundación.
Un asunto de esta naturaleza no tiene solución ciento por ciento porque al cabo de los años ocurrirá una tormenta mayor, más ahora por el calentamiento global. Lo que podemos pretender es limitar los daños en caso de grandes huracanes y quizá eliminarlos para tormentas como ha conseguido Los Ángeles. Se han propuesto dos “soluciones” para el problema del Yaque del Norte, una, dragar la desembocadura y otra, construir dos presas y muros (bermas) de protección en las márgenes del río.
La primera de las propuestas está basada en lo que hemos señalado antes, para un canal, a mayor sección transversal, mayor descarga. Al dragar, los proponentes pueden conseguir una gran sección, sin embargo, se les escapa que ésa es rápidamente llenada por el agua salada del mar, la cual le hace una gran resistencia a las aguas del río, su efecto, guardando las diferencias, es prácticamente como si hubiéramos construido una presa.
El agua salada, más pesada, penetra en la sección dragada y se extiende aguas arriba por varios kilómetros, la mezcla de salada y dulce produce un efectivo tapón que reduce la velocidad de descarga del río, inclusive, genera una curva de remanso similar a la de las presas. Por tanto, esta solución no es efectiva y en consecuencia, no se obtendrían los resultados pretendidos. El lego que cruza los puentes sobre los Ozama o Higuamo, podría pensarse que llevan grandes caudales, cuando en realidad y dependiendo de dónde, apenas unos pocos centímetros de la superficie son de agua dulce, el resto de la profundidad es salada.
El manto dulce sale al mar u océano hasta desaparecer y la salada desplazándose aguas arriba. Solo grandes ríos tienen el poder de hacer retroceder al mar.
La segunda propuesta es entonces, la única efectiva porque consigue un aumento del área mojada y de la superficie libre del río. Es la que han construido en otros países, sin embargo, es más cara.

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