Juan Antonio Alix y sus décimas: una antropología cultural dominicanista

Juan Antonio Alix y sus décimas: una antropología cultural dominicanista

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Las décimas de Juan Antonio Alix (Moca, 1833-1918, Santiago de los Caballeros) son una especie de biblia que contiene una antropología cultural, histórica, literaria, política, lingüística, lexicográfica, folklórica y religiosa del pueblo dominicano.

Este aserto se desprende de los tres tomos de las décimas casi completas de Alix que su editor, Andrés Blanco Díaz, ha recopilado para el Archivo General de la Nación (2023) y en cuyo primer tomo (1873-1893) se enfocan los análisis que abordaré de ahora en adelante.

En vida de Alix, vieron la luz tres opúsculos (Blanco Díaz, T. I, 191): 1) Viaje de Gerardo Etanislao por la mayor parte de los pueblos de la República Dominicana en el término de seis meses. Santo Domingo: La Cuna de América, 1885, 26p; 2) El ferrocarril de Samaná a Santiago de los Caballeros. Santiago: Augusto Espaillat, 1887, 23p; y, 3) Apuntes para la historia de San Francisco de Macorís (ensayo). Santiago: Ulises Franco Bidó, 1894, 15p. Otras décimas fueron publicadas en los siguientes periódicos en el siglo XIX. El Propagador, El Eco del Pueblo, La República, El Correo del Ozama, El Nacional y El Correo del Noroeste. Pero la inmensa cantidad de décimas que aparecen en el primer tomo editado por Blanco Díaz fueron publicadas en hojas sueltas y las demás son inéditas, encontradas por el editor.

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Los otros libros donde aparecen recopiladas décimas de Alix son posteriores a su deceso. Cito algunos, con la salvedad de que faltará uno que otro título, generalmente de pocos ejemplares: Décimas de Alix (prólogo-artículo de José Ramón López. Santo Domingo: J. R. Vda. García, 1927); Juan Antonio Alix. Décimas (ed. Joaquín Balaguer). Ciudad Trujillo [Santo Domingo], 1953 [1961, 2008 ed., Banreservas y Sociedad Dominicana de Bibliófilos, dos tomos]; Juan Antonio Alix. Décimas inéditas (comp. Teresa Pereyra Goico de Pierre y prólogo de Emilio Rodríguez Demorizi. Santo Domingo: Moreno, 1966); Décimas políticas. Santo Domingo (ed. Juan Tomás Tavares): Editora de Santo Domingo, 1977; Décimas inéditas (prólogo de Emilio Rodríguez Demorizi). Santo Domingo: Galaxia, 2ª ed. 1982. Décimas inéditas (ed. Miguel Collado): Santo Domingo: CEDIBIL, 2006.

§ 2. Tema de antropología cultural: La décima “El negro tras de la oreja” documentó desde el siglo pasado el hecho de que las clases sociales dominicanas, sobre todo aquellas que se creen dueñas de la limpieza de sangre, poseen una tatarabuela, un tatarabuelo o una abuela que fueron negros traídos de África como esclavos a la parte Este de la isla de Santo Domingo. Esto se ilustra con los casos de las familias oligárquicas dominicanas cuyos ancestros fueron esclavos, exesclavos o libertos, casos documentados por historiadores y genealogistas como Emilio Rodríguez Demorizi para el caso de la familia de Pablo Altagracia Báez y Buenaventura Báez, los Bermúdez, los De Lora, los Morel de Santa Cruz, los Espaillat, de Santiago; y, los Troncoso de la Concha de la Capital, estudiados estos casos por Edwin Espinal Hernández. Estos apellidos están ligados por lazos de sangre negra con todos los demás apellidos de la oligarquía dominicana, cuyo organigrama se encuentra en el libro Los dueños de la República Dominicana, de la autoría del periodista santiaguero Esteban Rosario.

¿Por qué se ayuntaron sexualmente los peninsulares con indias y mestizas, con negras y mulatas y luego los criollos, hijos de españoles, siguieron la práctica aprendida de los padres, tatarabuelos y abuelos en los siglos XVII, XVIII y XIX antes y después de la independencia del 27 de febrero de 1844? La primera explicación está documentada por los historiadores y sociólogos que han tratado el tema colonial: ausencia total de mujeres españolas desde la llegada de Colón hasta la de Nicolás de Ovando como gobernador en 1502. Hubo entonces necesidad de ayuntamiento entre peninsulares e indias, pero luego la dona cambió a partir de 1502 con la llegada de esclavos y esclavas. Y estas esclavas eran propiedad de los amos españoles que las compraban en las subastas que se celebraban en la plaza pública cada vez que llegaba al puerto de Santo Domingo un cargamento de esclavos. En tanto propiedad del amo, este disponía del cuerpo de la esclava como mejor le placiera. Esto dio nacimiento al mulataje.

Pero después la mezcla de vástagos de indias y españoles dio nacimiento al mestizo, aunque esta se diluyó rápidamente entre el blanco y el negro, originando una nueva variedad étnica. La pobreza del siglo XVII hasta finales del XVIII relajó las costumbres a tal grado que los gobernadores y obispos se quejaron al Rey y le solicitaron la prohibición del uso de la seda por parte de las negras, mancebas de los españoles adinerados y poderosos. Y de esta combinación surgió la manumisión o libertad de muchas de estas mujeres exesclavas (libres) por parte de sus amos-amantes y cuya importancia histórica apenas ha sido estudiada por historiadores y sociólogos (Moya Pons y Deive, dos casos raros). De modo que estas pardas o morenas libres pasan al siglo XIX con la misma historia y cultura de la sexualidad y la libertad. Y la estrategia instrumental de ellas radicaba en que los hijos tenidos con peninsulares nacieran libres y en el caso de las prostitutas, comprar su libertad con el dinero acumulado. Esto explica los casos de tantos negros y pardos libres a finales del siglo XIX: dos casos emblemáticos, el decimero Meso Mónica y la parentela de Narcisazo Sánchez, patriotas de la Separación y la Restauración. Lo que se traduce, incluso en el siglo XX, en dos ramas de oligarcas blancos ricos y poderosos y otra rama de oligarcas negros y pobres. Estas dos ramas son el blanco de la décima “El negro tras de la oreja”. Y Edwin Espinal Hernández ha estudiado la genealogía de estas dos ramas, verbigracia, la familia Báez-Cabral-Bermúdez con la Camateta (Teresa Méndez); los Troncoso, con Baldomera de la Concha; los Espaillat con las esclavas del primer Espaillat terrateniente asentado en Santiago; con Catalina de Lora y toda la parentela que su sangre mulata abarca: los Morel de Santa Cruz, los Pichardo (se recuerda los apuros del obispo de La Habana, José Agustín Morell de Santa Cruz, nacido en Santiago de los Caballeros, para probar su limpieza de sangre), la parentela de Salomé Ureña Díaz y su padre Nicolás Ureña de Mendoza y su linaje de sangre negra al igual que los Henríquez y Carvajal a través de la madre Clotilde Carvajal, hija de Juana Fernández, de sangre mulata, pero que los familiares de los Henríquez se inventaron la leyenda que ella era de sangre “india”, de los indios de Boyá, del cacique Enriquillo, quien nunca estuvo en Boyá, sino que, se supone, murió en Azua. Los Trujillo, los Bonetti, los Luperón, los Heureaux, los Balaguer, todos tienen su “negro tras de la oreja”, y los hay ricos y los hay pobres.

§ 3.El tema político en Alix: Es proverbial y lugar común el titular “décimas políticas” de Alix. Un breve conteo nos muestra en el tomo I editado por Blanco Díaz la cantidad de décimas escritas por Alix bajo los diferentes presidentes que gobernaron el país entre 1873 y 1893, fecha de aparición de la primera y la última décima del volumen. La primera décima del libro titulada “Bendición de la iglesia [de] Sabaneta apareció durante dictadura de los Seis Años de Báez (2 de mayo de 1868 a 21 de enero de 1874), pero no hay referencia a los matones Baúl, Solito, Yinito y Silvera Valdez; la segunda, “Diálogo cantado entre un guajiro dominicano y un papá Bocó haitiano en un fandango en Dajabón” no lleva el mes de su publicación, sino el año: 1874, lo que significa que Alix la escribió bajo el régimen que sustituyó a Báez: Ignacio María González (25 de noviembre de 1873 a 21 de enero de 1874), cuya revolución de la Unión sacó a Báez del poder.

Pero es ciertísimo que “Diálogo ente la Paz y la Guerra” fue escrita al calor de la “revolución de la Unión” y la cuarta estrofa lo consigna cuando la Paz le dice a la Guerra: “El presidente González/me ha traído a este país/para hacerlo feliz/ y remediar tantos males.” Las décimas “Glosa” y “Yo no entero en revolución” también fueron escritas bajo González y a la caída de este asumió el mando un consejo de generales encargados del poder supremo de la nación del 22 de enero de 1874 al 5 de febrero de 1876. Pero “Glosas dedicadas a la memoria del benemérito general Manuel Gómez”, “Felicitación a mi amigo Joaquín Moliné, natural del pueblo de Mataró, provincia de Cataluña, y residente en Gurabo” y “La expropiación legal” (contra una medida del ministro de Espaillat, Peña y Reynoso) fueron escritas en 1876 bajo el Gobierno de Espaillat, que duró siete meses en el poder (29 de abril de 1876 a 5 de octubre de 1876). A la caída de Espaillat, asume el poder una Junta Gubernativa el 5 de octubre de 1876 al 11 de noviembre de 1876) y vuelve al poder Ignacio María González el 11 de noviembre de 1876 al 9 de diciembre de 1876. A González le sustituye Marcos Antonio Cabral de 10 de diciembre de 1876 al 26 de diciembre de 1876. A Cabral le sustituye Buenaventura Báez de 27 de diciembre de 1876 al 2 de marzo de 1878 (último período de Gobierno del caudillo sureño). Se exilió en Puerto Rico y murió en 1884 en el pueblito de Hormiguero. Ese mismo 2 de marzo cae Báez y le reemplaza un Consejo de Secretarios de Estado de 2 marzo de 1878 al 5 de marzo de 1878. A ese Consejo le sustituye de nuevo como presidente de la República Ignacio María González de [¿11?] de marzo de 1878 al 3de mayo de 1878. Y a González le sustituye Cesáreo Guillermo de 5 de marzo de 1878 a 6 de julio de 1878. A la caída de este último, vuelve al poder Ignacio María González de 6 de julio de 1878 al 2 de septiembre de 1878, pero este fue depuesto y en su lugar asumió el poder una junta de Jefes Superiores de Operaciones del Movimiento Unánime Popular el 2 de septiembre de 1878 al 6 de septiembre de 1878.

En ese breve lapso de transición, fue designado en la presidencia de la República Jacinto de Castro de 7 de septiembre de 1878 a 29 de septiembre de 1878 y a su caída función un Consejo de Secretarios de Estado desde el 30 de septiembre de 1878 al 27 de febrero de 1879. Luego volvió al poder Cesáreo Guillermo el 27 de febrero de 1879 al 6 de diciembre de 1879, sustituido a vez por el general Gregorio Luperón el 7 de diciembre de 1879 al 1 de septiembre de 1880. Luego ascendió al poder del Estado el padre Fernando Arturo de Meriño el 1 de septiembre de 1882. Vuelve triunfante al poder Buenaventura Báez de 1876 a 1878 y las décimas “Los 40 día que duró I. González en el poder”, “Citón, potrica, citón”, fechada en 1877, es un error cronológico, pues debe estar en el período de Gobierno de Espaillat, aunque “Tocinos y longaniza”, “El bote de papá Luna”, “A nuestra Señora de los Dolores”, “Una gran creciente del arroyo de Gurabo el 15 de octubre de 1878” fueron escritas bajo Báez y “El bacín”, fechada el 6 de agosto de 1879 bajo Cesáreo Guillermo. En el Gobierno de estos presidentes, Juntas y Consejos escribió Alix sus décimas de las más variopintas temáticas antropológicas.

Aunque las dos versiones de “Encargo de un cuero a su marchante” y “Encargo que hizo una prostituta de Guayubín a un señor que venía para Santiago” no tienen fecha de publicación, Blanco Díaz reprodujo la primera versión del original manuscrito por Alix, mientras la segunda variante es, evidentemente, una moralización y estetización de la primera versión donde los interpoladores sustituyeron “cuero” por prostituta y “marchante” por “un señor”, una verdadera asepsia, razón por la que creo que esta última versión se publicó bajo el Gobierno católico del padre Meriño, quien fue presidente de 1880 a 1882. Y a continuación, la décima “Doña Pepilla”. “La bendición de un pandero”, “Una gala”, “A la señora Ana Rita Díaz, Gurabo, en sus días”, “A la señora Ana Rosa Gómez de Domínguez, Gurabo”, “Contestación a unos versos del vate Eloy Aybar”, “A la distinguida señorita María Eteucopio”, “Dejando y cogiendo otra”, “Al señor José Ramón Orcasita, Santiago”, “Felicitación al señor don Pedro Guzmán Jiménez en sus días”, “Seña Dolores la tuerta” y “El follón de Yamasá” fueron, todas, décimas escritas durante el Gobierno de Meriño. (continuará).