Júbilo Postergado

Júbilo Postergado

Carmen Imbert Brugal

Todavía el oficialismo no ha celebrado la reforma de la Constitución. El alboroto provocado por la inconveniente “Modernización Fiscal” ha impedido la fiesta. Quizás ha sido mejor para evitar que la lucidez detecte la argucia.

El resultado de la Asamblea Revisora fue consignar los deseos presidenciales en la más precipitada e innecesaria reforma constitucional de la historia republicana.

Darle la vuelta a la noria para llegar al mismo lugar. Lo más encomiable se posterga para el 2032: reducción número de diputados y unificación de las elecciones.

La anhelada “independencia” propalada por el presidente desde antes del triunfo electoral del 2020 es un acto de prestidigitación. Menos chiste que burla. El artículo 171 fue modificado para que el Consejo Nacional de la Magistratura, ahora con el presidente del Tribunal Constitucional como miembro, ratifique la persona propuesta por el mandatario para desempeñar el cargo de PGR, además de confirmar los siete procuradores adjuntos.

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Es de vértigo la temporada, asesoría errada o especial para el impacto. Sin espacio para la reacción condigna y contundente el régimen sorprende cada día con novedades, provocaciones y engañifas para incautos.

Sesenta y seis días cumple hoy el segundo período de Gobierno y el sofoco es preocupante. Colectivo no es porque el oficialismo reivindica la enorme popularidad que mantiene el presidente y la fidelidad de los militantes de su partido.

Persiste el método de azuzar, comprobar y luego, desde la magnanimidad encomiable, modificar. Presentar, defender y después, cariacontecidos, transigir y clamar por la compresión inexistente antes.

Que la marabunta no olvide el decurso de la Ley 1-24, promulgada antes de ponderar, ni precedentes como el proyecto de Ley Integral Sobre Trata de Personas, el suspendido Fideicomiso Punta Catalina, el frustrado proyecto de ley contra la ciberdelincuencia, el engavetado y silenciado Ministerio de Justicia o la omitida tasa cero. Ha pasado tantas veces que cada iniciativa trae consigo la percepción de memorable arrepentimiento.

La consulta real, la ponderación de opiniones diferentes, evitarían tantos intentos fallidos. La ficción dialógica convierte la opinión diferente en cháchara. Vale el ejemplo de las advertencias hechas por ex titulares de los ministerios de Educación y Educación Superior Ciencia y Tecnología y de especialistas en la materia ,en caso defusionar los ministerios, la respuesta fue crear, mediante decreto, una Comisión encargada de coordinar el proceso de fusión. Piden desde el poder diálogo y pactos, pero no escuchan. Usan anzuelos para entretener y no desperdician espacios para la conveniente negociación cuando el peligro asoma.

Ocurría el desahogo ciudadano en la simulación de vistas públicas convocada por la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados y al mismo tiempo el presidente satisfacía las demandas de los pastores evangélicos. César desprendido se apartó de la palabra del Señor y extendió a Dios más de lo que corresponde.

Los religiosos defendieron sus privilegios, fueron complacidos y de inmediato comenzaron a respaldar la “modernización fiscal” antes del discurso presidencial. Excelente oportunidad para los evangélicos, protagonismo que contrarresta la afasia de la jerarquía católica. De todos modos, nada perturbará el júbilo que la reforma provoca. Algún festín habrá.