El Dr. Julio Genaro Campillo Pérez, de cuyo nacimiento en Santiago se cumplirán cien años el próximo 9 de julio, era hijo de Julio Ernesto Campillo de Hoyos (Santo Domingo, 23 julio 1891 – Santiago, 29 enero 1954) y Dorotea de la Caridad Pérez Rancier (n. Santiago, 8 febrero 1896) y hermano de María Elisa, esposa de Jaime Oscar Lugo; Dora Altagracia, esposa de Rafael Madera Castillo y Mirtha del Carmen Campillo Pérez, esposa de Juan Manuel Garrido. Por línea materna remontaba su ascendencia hasta sus quintos abuelos Fernando Manuel Pérez y Jerónima Santiago Martínez de Abraña, naturales de España, y sus sextos abuelos Miguel Sánchez Valverde y Bernarda Vásquez de Rivera, abuelos a su vez del sacerdote Antonio Sánchez Valverde, autor de la obra “Idea del valor de la isla Española” y abuelo del presidente Buenaventura Báez.
Fue nieto de Genaro Pérez Tabares, ministro, juez, procurador fiscal, gobernador provincial y sobrino de Tomás Pérez Rancier, médico, primer dominicano egresado de la Universidad de McGill en Montreal, Canadá; Pablo Pérez Rancier, primer arquitecto dominicano, egresado del Drexel Institute of Art, Science and Industry de Filadelfia, y de Juan Bautista Pérez Rancier, también juez y gobernador provincial, delimitador, conjuntamente con el Dr. Miguel Canela Lázaro, de la primera área protegida en el país, el Vedado del Yaque, en 1926, y recordado como “el hombre del Cristo”, por haber hecho pedazos, indignado, el Cristo que presidía el estrado de la Corte de Apelación de Santiago, cuando presidía una audiencia en la que el campesino Cayo Báez mostró las heridas causadas por militares durante la primera ocupación militar estadounidense.
Al tiempo de desempeñarse como historiador, abogado y juez, don Julio legó varias obras en el ámbito de la genealogía. Su más temprano antecedente en este campo fue su “Genealogía de Benigno Filomeno de Rojas”, amplia investigación publicada en el número 123 de la revista Clío, órgano de la Academia Dominicana de la Historia, en 1968, en la que expone, en base a iluminadores documentos, la genealogía ascendente y colateral de este prócer civil de la guerra de la Restauración.
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Décadas después y para deslindar y precisar el carácter auxiliar de la Genealogía en la Historia, promovería en 1983 la fundación del Instituto Dominicano de Genealogía, Inc., junto a miembros de la Academia Dominicana de la Historia y los señores Gustavo Tavares Espaillat, Alejandro Grullón Espaillat, José Antonio Jimenes Hernández, Tomás Pastoriza Espaillat y Fernando Cavada Paris. Fue su presidente en los períodos 1992-1995 y 1995-1998 y el iniciador de su serie editorial en 1985, con “Francisco Espaillat y el desarrollo del Cibao”, texto que marcó el renacer de la bibliografía genealógica en el país, en suspenso desde la publicación de los últimos tomos de la monumental enciclopedia genealógica “Familias dominicanas”, de Carlos Larrazábal Blanco. En ese texto, don Julio dio a conocer la descendencia del médico y empresario francés Francisco Espaillat Virol hasta las generaciones entonces más recientes, hilando la genealogía de este personaje del siglo XVIII a partir de la descendencia de su prole, repartida en varias estirpes en la región del Cibao y Venezuela.
En 1989 publicó también bajo el sello del Instituto “Ulises Francisco Espaillat y su familia – investigación genealógica”, dedicado a desarrollar la genealogía del sin duda más ilustre nieto de Francisco Espaillat Virol y tronco de la oligarquía dominicana. En 1997 completaría la trilogía de sus más importantes textos genealógicos con “La familia de Máximo Grullón Salcedo, prócer de la Restauración Nacional”, completa investigación sobre la descendencia de este personaje.
En 1996 dio a la luz “Peña Gómez. Origen y nacionalidad. Investigación genealógica”, un rastreo documental gestado con el empeño de evidenciar la ascendencia dominicana del líder perredeísta.
Como textos menores podemos calificar dos artículos en la revista Clío, “Buenaventura Báez y sus antepasados”, aparecido en el número 147-148, correspondiente a enero de 1990-diciembre de 1991, y “Trujillo y su parentela de origen haitiano”, en el número 157, correspondiente a julio-diciembre de 1997.
Más allá de estas publicaciones, bajo la presidencia del Dr. Campillo Pérez en el Instituto Dominicano de Genealogía, Inc., se publicaron los primeros 8 de 9 números de su boletín informativo “Raíces” y se conformó una biblioteca especializada en textos genealógicos. Personalmente, conformó una amplia base de datos sobre apellidos de la ciudad de Santiago a partir de investigaciones en protocolos notariales y archivos eclesiásticos y del Estado Civil, haciendo accesible así información esencial para el estudio de la genealogía familiar en esta ciudad.
Con su afable trato, se convirtió en el inspirador de una nueva generación de genealogistas que dieron continuidad al Instituto Dominicano de Genealogía, cuyos miembros enriquecieron sus series editoriales con nuevas publicaciones y una columna semanal, “Cápsulas genealógicas”, acogida en el suplemento Areíto del periódico Hoy desde el año 2004.
Podríamos decir, sin temor a equivocarnos, que el Dr. Julio Genaro Campillo Pérez inició una nueva etapa en los estudios genealógicos en el país, constituyéndose en un eslabón clave en el cultivo de esta ciencia en el país, como en el pasado lo fueron fray Cipriano de Utrera y Carlos Larrazábal Blanco. Falleció en Santo Domingo el 1 de junio de 2001.