La desinformación, palabra esta que, de acuerdo al profesor de la Universidad de Navarra, España, en su libro Historia y Comunicación Social, está vinculada a “la manipulación de los medios, al control de la información en beneficio de intereses políticos o económicos y a las estrategias de gobiernos, partidos o grandes empresas para engañar a la opinión pública”.
La misma, (es decir la manipulación) está considerada por los especialistas en temas, tales como la política, la religión, y los aparatos militares, entre otros, como una de las armas más letales y las cuales, una vez empleadas con la astucia y los conocimientos requeridos, la misma corre el riesgo de ser considerada como una “gran verdad”.
Cuando se habla de desinformación, se debe tener en cuenta que los laboratorios humanos requeridos para tales fines, son regenteados por expertos en los citados temas, en donde a través de una muy bien perfilada estrategia, buscan crear opiniones públicas favorables a sus causas.
Es por eso, que para aprender a identificar las diversas estrategias en materia de lo que es pura y simplemente la desinformación, no así para ponerla en ejecución, pues a la larga esta es un arma de doble filo, que recomendamos, uno de los libros más bien “amueblado” y documentado desde el punto de vista de lo que es la ciencia política, como es “La Desinformación y Guerra Política”, del profesor de la prestigiosa universidad de Johns Hopkins, Thomas Rid.
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Este es un interesante libro, el cual más que todo, es un manual en donde de manera explícita, su autor aporta interesantes datos sobre una de las armas más poderosas en cuanto a «Guerra Fría», tanto en el aspecto bélico como de otras índoles, se refiere, como es el tema de la Desinformación Política.
Aquí, el destacado intelectual norteamericano, al tiempo que nos ofrece valiosas informaciones, también detalla con una asombrosa inteligencia, las diversas estrategias que las grandes naciones del mundo ha aplicado a lo largo de toda la historia, para hacer un correcto uso de la desinformación en tiempos de «Guerras Frías» y no «Guerras Frías».
El texto es genial para adaptar dicho contexto a lo que se vive en nuestros países tercermundistas, ya que dentro del mismo se vislumbran una serie de conceptos que detallan con precisión meridiana, hasta donde llegan las llamadas naciones del primer mundo, con el objetivo de lograr calar en la mente de las diversas sociedades a las que van dirigidas las desinformaciones, esas que se crean a través de millonarias agencias que con un personal debidamente bien entrenado, hacen todo cuanto sea posible para llevar a cabo sus propósitos.
En el libro, de 550 páginas correctamente documentado, con imágenes en donde así el autor lo ha considerado necesario, se ofrecen diversas técnicas en cuanto a Estrategias Políticas se refiere.
Dentro del mismo convergen una serie de elementos, claro está, sujeto estos a la consideración de Rid, los cuales dejan al lector más que asombrados, como en una especie de somnolencias, al descubrir hechos “reales” de nuestro pasado reciente, que en realidad no fueron tan reales, sino que los mismos fueron parte de inventivas, las cuales, capitaneadas tanto por el Comité para la Seguridad del Estado, de Rusia, mejor conocida como la muy famosa en los círculos políticos de izquierda como la KGB, y claro está, del otro lado del mundo, la Agencia Central de Inteligencia (en inglés: Central Intelligence Agency, o por sus siglas, CIA).
Estos dos súper poderosos organismos, creados ambos para manejar las diversas estrategias de sus respectivos países, tanto en tiempos de conflictos en donde estas naciones tienen sus marcados intereses, como en tiempo de “paz”, han sido además de otros creados en varias naciones del primer mundo, los grandes responsables de diversos entramados que a manera de desinformación el mundo ha digerido como informaciones ciertas.
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La misma, es decir la desinformación, fue o es una cultura anti ética y con devastadores efectos, que han venido usando las dos citadas superpotencia, eso sí, sin menospreciar a Inglaterra y Alemania, países estos últimos que aunque han bailado la música de los dos primeros, también ha tenido como los tiene China, Japón, las dos Koreas y otras naciones, las que dentro de los diferentes contextos en los cuales han tomado participación, han sacado a aflorar sus tentáculos, tanto a favor como en contra de Rusia y los Estados Unidos.
De acuerdo a lo establecido por Thomas Rid, “Esta era moderna de la desinformación comenzó a principio de los años 20 del siglo XX” (página 10), en donde dicho periodo, según el mismo autor, “fue un vasto laboratorio de pruebas de desinformación y las mentiras profesionalizadas, y organizada, sobre todo durante los años de entreguerras y la guerra fría” (página 12).
Establece el texto, que “La desinformación si se hace bien es difícil de detectar” ya que esta “era y en muchos sentidos lo sigue siendo, un dominio exclusivo de los servicios de inteligencia” (página 13).
Sin embargo, tal y como lo establecimos al inicio de la presente reflexión, “casi todas las operaciones de desinformación son imperfecta, dirigida no por perfeccionistas, sino por pragmático”, (página 14) lo que equivale a decir, que la misma, tarde o temprano, y muy a pesar de lo bien diseñada que esté, dejaría el refajo de quienes están detrás de la misma, y así nos lo hace saber el mismo Thomas Rid, cuando analiza los diferentes fenómenos que a manera de estrategias han sido puesta en ejecución contra determinadas potencias o país en sentido general.
Hecho muy notable en todas y cada una de las estrategias que tanto una como otras naciones se han diseñado para un mejor recubrimiento de sus operaciones, las cuales son muy bastas, es que los teóricos o especialistas suelen llamar a estas con nombres que nunca pudieran levantar algún tipo de sospechas, por ejemplo, “Confianza”, la GPU, la MOTsR, La GRAVEYARD, la LCCASSOK, y muchas otras que nos sería casi imposible nombrarla para una mejor edificación del tema.
Dentro del mismo libro, aparecen datos que para quienes sean amante de las investigaciones en términos de lo que es transculturización, podrían ser de mucha relevancia, ya que, en este, se dan unas series de detalles de la manera de como las llamadas potencias usaron sus culturas para introducir los mensajes requeridos a sus contrarios (paginas 91-106).
Ahí mismo nos damos cuenta, de cómo el actual mandatario Ruso, Vladimir Putin, viene tomando acciones directa en cuestiones de suma importancia para su nación, desde cuando apenas era un mozalbete, enrolado al Partido Comunista y de sus frías decisiones, y sobre todo, del recio temperamento que ha exhibido, lo que le ha granjeado simpatía en los diversos sectores de poder de su nación.
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Además, desde la página 311 hasta la 324, se detalla el tema del Sida como estrategia de guerra y de desinformación, así como la historia del mosquito asesino y otros tantos que, en términos estratégicos, resultaron de mucha importancia para la búsqueda del dominio geopolítico de las dos llamadas superpotencias.