República Dominicana exhibe mejores resultados que muchos países de la región por la resiliencia de su economía
América Latina y el Caribe es una de las regiones del mundo que sobresale por un bajo crecimiento y una alta volatilidad de su economía, lo cual provoca resultados insatisfactorios en materia de reducción de la desigualdad y de la generación de empleos de calidad.
República Dominicana está entre los menos volátiles de la región y por la tendencia en el crecimiento económico de las últimas décadas, el país se encamina a ocupar una posición de liderazgo en baja volatilidad, lo cual es positivo para asegurar el bienestar a la población, pues no es posible alcanzar elevados niveles de ingreso per cápita si lo que se avanza en unos años se pierde en otros.
Según un estudio de la Cepal que evalúa el crecimiento de países seleccionados de la región para el período comprendido entre 1951 y 2023 (73 años), República Dominicana tuvo crecimiento económico positivo en 57 años y en solo 16 años fue negativo.
República Dominicana fue superada con menor volatilidad en ese período por Costa Rica (64 años de crecimiento positivo y 9 años de crecimiento negativo), Costa Rica (59 y 14), Panamá (59 y 14), México (59 y 14), El Salvador (58 y 15), Guatemala (58 y 15).
Pero en ese período República Dominicana presenta mejores resultados en materia de volatilidad que países como Argentina (46 años de crecimiento y 27 años de decrecimiento), Nicaragua (46 y 27), Paraguay (52 y 21), Ecuador (54 y 19), Honduras (54 y 19), Trinidad y Tobago (54 y 19) y Perú (56 y 17).
Estas cifras seguirán cambiando favorablemente para la República Dominicana, pues el comportamiento de su economía se hace cada vez menos volátil. Por ejemplo, durante los últimos 20 años el crecimiento económico ha promediado 5.4%, uno de los mayores de la región.
Esto se debe a que ha aumentado la capacidad de resiliencia frente a los choques externos porque cada vez más la economía dominicana se apoya en una estructura de producción diversificada, en la cual 62.2% de su estructura productiva a nivel sectorial corresponde a Servicios. 25.4% a Industrias y 5.4% al sector Agropecuario.
Esto contrasta con la situación de muchas de las economías de la región, en las que prevalece una concentración de las exportaciones en pocos productos.
Pero República Dominicana no debe dormirse en sus laureles: es fundamental, como plantea Cepal, promover no solo un mayor crecimiento, más diversificado y menos volátil, sino también un nuevo tipo de crecimiento redireccionado hacia una mayor inclusividad social y sostenibilidad ambiental.
Y particularmente hay que ir cerrando la brecha de inversión, que es crítica en toda la región.
Con tan solo un 20% del PIB, América Latina y el Caribe presenta uno de los niveles de inversión total más bajos de todas las regiones a nivel mundial, a lo cual no escapa la República Dominicana. Tras alcanzar el 23,3% en 2008, los niveles de inversión como porcentaje del PIB han sido relativamente bajos, en particular entre 2016 y 2020, cuando se situaron por debajo del 20% del PIB, y solo se recuperaron ligeramente entre 2021 y 2023.
La Cepal advierte que para que la región pueda mejorar las tasas de crecimiento, invertir más para impulsar la transformación productiva y forjar un modelo de desarrollo más inclusivo y sostenible.