El pasado 26 de enero el ministro de Educación, Roberto Fulcar, estableció lo siguiente: “Nadie se graduará de bachiller si no se sabe el Himno Nacional completo” (HOY, 27 enero 2021).

La afirmación del ministro de educación ha generado reacciones y polémicas en las redes sociales por su carácter impositivo y por el establecimiento de un requerimiento para título de bachiller que puede ser interpretado como la reducción de las exigencias que debe tener la conclusión del nivel medio desde las distintas competencias en diferentes áreas del saber establecidas en el currículo.

El Himno Nacional escrito por Emilio Prud’Homme y musicalizado por José Reyes tiene 12 estrofas, solo se cantan cuatro en los centros educativos y en la apertura de diferentes actos sociales. Las siguientes ocho estrofas son desconocidas por la mayoría de la población, no han sido difundidas ni promovidas.

El aprendizaje del Himno Nacional completo debería estar vinculado a la enseñanza de la historia y la literatura dominicana desde el nivel primario. Las 12 estrofas describen hechos históricos que marcan la conformación de la nación dominicana, la abolición de la esclavitud, la Independencia, Anexión a España y la Restauración.

En ese recorrido se destacan las figuras de Duarte, Sánchez y el rol nefasto de Pedro Santana, quien anexó posteriormente el país a España (“y si pudo inconsulto caudillo de las glorias el brillo empañar”) así como el grito de Capotillo como hecho trascendental en la victoria de las guerras restauradoras contra España entre otros hechos.

La enseñanza de la historia dominicana a niños y niñas desde el ciclo primario debe incluir junto a otras canciones el Himno Nacional en toda su extensión con el análisis de cada una de sus estrofas las referencias históricas que tiene y los significados de las expresiones literarias. Igualmente, cantarlo con claridad.

Los procesos educativos tienen impacto en el estudiantado cuando tocan sus dimensiones afectivas. Las artes y dentro de ellas la música es la mejor herramienta para despertar la afectividad y crear una conexión entre el conocimiento histórico, geográfico, matemático, de la lengua u otra área del saber con la dimensión afectiva del estudiantado independientemente de su edad.

Son muchas las composiciones y poemas de nuestro país y de la región que pueden ser incorporadas junto a la motivación a la creación para convertir la educación en un proceso interactivo, participativo y dinámico.

La imposición del Himno Nacional como requisito para graduarse de bachiller está muy lejos de ese carácter democrático, horizontal, interactivo que debe tener la educación y nuestro sistema educativo.

Al contrario, puede generar rechazo y/o una memorización mecánica desprovista de sentido.