En las elecciones de 2020 se produjo un altísimo abstencionismo para el estándar de votación dominicana. Mientras el porcentaje promedio de abstención en elecciones presidenciales para el período 1978-2016 era de aproximadamente 30%, en 2020 se registró una abstención de 45%.
Es decir, el 45 por ciento de la ciudadanía inscrita en el padrón electoral no acudió a votar en las elecciones presidenciales. La diferencia entre 45 y 30 es 15.
En ese momento, y posteriormente, se ha prestado poca atención a ese 15% extra de abstención.
Una, porque la explicación inmediata fue la pandemia: que mucha gente no se atrevió a votar por miedo a contagiarse; y dos, porque mucha gente sintió alivio al sacar al PLD, y sazonar que hubo un abstencionismo tan alto podía llevar a cuestionar la legitimidad del proceso.
Ahora bien, la falta de atención no significa que no ocurrió; los datos están ahí. Pero como no se investigó, no sabemos por qué ese 15% que antes votaba no votó. ¿Sería la pandemia u otra razón?
Para las elecciones de 2024 hay varias incógnitas, y una de ellas es qué hará ese 15% de la ciudadanía inscrita en el padrón electoral que no votó en 2020. ¿Irán de nuevo a las urnas como antes o seguirán absteniéndose?
Si regresan a votar en 2024, la hipótesis de que no lo hicieron por la pandemia tomará fuerza retrospectiva, pero si se mantiene el alto abstencionismo, habrá que buscar otra explicación vinculada a la dinámica y ofertas electorales de los partidos políticos.
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Para los estrategas de los partidos, el asunto es de mucha importancia en sus planes para construir mayoría electoral.
Para el PRM, no se tratará solamente de salir a buscar sus votantes del 2020, sino también de llegar a segmentos más amplios de la sociedad, sobre todo, en caso de que los abstencionistas del 2020 decidan regresar a las urnas en 2024 y el pool de votantes sea mayor.
Para el peledeísmo (PLD y FP) se trata de buscar mucho más votantes que los que tuvieron en 2020, cuando vieron su apoyo electoral desplomarse con relación a elecciones anteriores y dividirse por la fragmentación del PLD.
Por ejemplo, mientras el PLD obtuvo 2,847,438 de votos en 2016, equivalente a 42.1% de todos los votantes inscritos en el padrón electoral, en 2020 solo obtuvo 1,537,021 votos, equivalente a 20.4% de los votantes inscritos en el padrón.
En general, la abstención del 45% se refleja en la relativa baja cantidad de votos que obtuvieron todos los partidos en 2020, incluido el ganador PRM que solo obtuvo el 28.6% del total de votantes inscritos en el padrón electoral, equivalente a 2,154,859 votos, mucho menos que la cantidad de votos que obtuvo el PLD en 2016, y similar a los 2,129,997 votos que obtuvo Hipólito Mejía en 2012.
Ese 15% de votantes que se abstuvo en 2020 tendrá un rol importante en el 2024, vote o no.