TOPSHOT - US Democratic presidential candidate Hillary Clinton and US Republican presidential candidate Donald Trump debate during the second presidential debate at Washington University in St. Louis, Missouri, on October 9, 2016. / AFP / Robyn Beck
WASHINGTON . — La lucha por el control del Senado está candente y tanto demócratas como republicanos invierten enormes sumas a último momento para tratar de inclinar a su favor la balanza de media docena de contiendas que decidirán la mayoría en ese cuerpo.
Las ilusiones de los demócratas de conseguir las cinco bancas (cuatro si Hillary Clinton es elegida presidenta) que necesitan para asumir el control del Senado podrían verse afectadas por la noticia de que el FBI reabrió una investigación de los correos electrónicos de la ex primera dama.
Los republicanos estaban alarmados por la posibilidad de perder la mayoría en la votación del 8 de noviembre.
La historia indica que las contiendas reñidas tienden a definirse a favor de un mismo partido, como sucedió en el 2014, en que se apuntaron una cantidad de victorias y retomaron el control de la cámara alta.
Esta vez, en que el candidato a la presidencia Donald Trump adopta posturas que no caen bien a veces ni siquiera dentro de su mismo partido, los republicanos temían que las contiendas peleadas se definiesen a favor de los demócratas.
El equilibrio de fuerzas se decidirá en Nevada, Missouri, New Hampshire, Pennsylvania, North Carolina e Indiana, los seis estados donde no hay nada definido.
Con excepción de Nevada, donde está en juego un escaño dejado vacante por Harry Reid, líder de la bancada demócrata que se jubiló, todos los otros escaños están en manos de republicanos.
Si Clinton llega a la Casa Blanca, los demócratas necesitarían añadir cuatro bancas para tomar el control, ya que en caso de que haya un empate 50-50, el voto decisivo lo emitiría el vicepresidente.