Nuestro país tiene más o menos 10, 266,149 diez millones doscientos sesenta y seis mil, ciento cuarenta y nueve personas, de las cuales 5, 129, 824, cinco millones, ciento veinte nueve mil, ochocientos veinte cuatro, son hombres y 5, 136,325 cinco millones, ciento treinta seis mil, trescientos veinte cinco, son mujeres. (División binaria), esto según los datos oficiales de este año 2018.
De estos más de diez millones de dominicanos y dominicanas al año 2015 la población comprendida entre los 15 y 34 años ascendía de 3, 430,901 tres millones cuatrocientos treinta mil, novecientos uno. Personas, representando el 34% del total de la población nacional
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Organización Iberoamericana de la Juventud (OIJ) consideran como “joven” a las personas de 15 a 24 años, pero la legislación dominicana, dígase la Ley de la Juventud No. 49-00, reconoce como jóvenes a todo individuo que oscile entre las edades de 15 a 35 años.
Según los datos que ofrece la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE, para el año 2014 la Población Económicamente Activa (PEA) en jóvenes del país estaba compuesta por poco menos de un millón de personas, es decir el 21.07% de la PEA total. Sin embargo, de esta proporción, poco más del 30% no tenía ocupación laboral y, de los ocupados, el 56% se encontraba laborando en sectores de baja productividad, es decir en la economía informal, entiéndase chiriperos.
La juventud dominicana en términos proporcionales y en términos absolutos es la mayoría de la población dado que el 28 % de la población se encuentra entre las edades de 10-24. El 35 % de 15 a 34 años y el 63% de la población total tiene menos de 35 años.
Esto se expresa en la toma de decisiones de la siguiente manera: Para las elecciones del año 2016. Según el padrón, los jóvenes aportarían un 27.95% de los votos, al contar con un campo de 1, 950,765 electores en edad comprendida entre los 16 y 29 años, esto como resultado de un crecimiento constante de la población joven que desde las elecciones del 2004 hasta las del 2012 creció en más de un millón de electores pasando de 371,934 en el 204 al 2012 a 1,755,462, superando 1,383,528 personas lo que es igual a un crecimiento de 494% en ocho años.
Lo curioso es que aunque la juventud es mayoría en términos absolutos, con poder para decidir quienes gobiernan, esto no se expresa así en la proporcionalidad de la juventud en los lugares de toma de decisiones.
Como resultado de las ya mencionadas elecciones del 2016, notamos que en la matricula de la cámara de diputados entre 25 y 34 años son el 2.6 %, en los municipios observamos 4.4 %, de los alcaldes y en las regidurías tan solo 9.3% a nivel nacional. Esto contradice el hecho de ser mayoría.
Cambiar esta realidad y traducir esa mayoría en espacios de poder es un reto para la juventud que acciona desde la política, los movimientos sociales y la sociedad civil. Crear conciencia entre las y los jóvenes de los barrios, los municipios y el interior del país, sobre la necesidad de ejercitar los derechos políticos, la importancia de la participación más allá de del voto.
Visibilizar la juventud para convertir esa mayoría en fuerzas que arrebate espacios en los instrumentos de toma de decisiones es una necesidad urgente de nuestra juventud. Esto ha de ser más que un enunciado, una tarea para subvertir la actual correlación de fuerzas entre la juventud y el resto de la sociedad.