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A Pepín Corripio, amigo entrañable de casi cinco décadas.
La necesaria transformación hacia una nación empoderada. Recientemente realicé una presentación sobre los desafíos económicos que nos ha traído la pandemia y las consecuencias en la cadena de suministro y la crisis de los contenedores. Hace una semana cumplí 81 años, sin embargo, en pleno invierno de mi vida, por las enseñanzas de mi padre, me encuentro lleno de esperanzas.
Esta serie de artículos está orientada a revelar los grandes desafíos que tenemos hoy en día, pero lo más importante que resaltaremos son las grandes oportunidades que podríamos aprovechar.
Recapitulando un poco sobre la situación actual de la pandemia que, sin lugar a dudas, nos ha llenado de incertidumbre sobre el devenir de todos los componentes económicos más relevantes.
La nueva variante “ómicron” está acelerando la positividad a nivel mundial, dado que esta variante es más contagiosa, aunque menos letal que la “delta”, solo Estados Unidos ha registrado en promedio del 1ro al 15 de enero más de 645 mil casos diarios con más de 9 millones de nuevos infectados en ese período.
Europa, por su parte, en ese mismo período ha registrado un promedio diario de 1 millón 301 mil nuevos casos para un total de más de 18 millones de casos.
Aunque estos números no son alentadores, las naciones se han resistido a implementar restricciones generales de movilidad y cierre de operaciones.
Sin embargo, dado el gran número de contagios se ha visto un incremento en el ausentismo general que conlleva a agravar la situación que se tiene de la crisis en la cadena de suministro y en la producción.
Por otra parte, esta pandemia solapa un efecto poco estudiado que es el efecto psicológico que ha traído a una gran parte de la población.
Un estudio sobre el impacto psicosocial de la Covid-19, sustentado en la revisión sistemática de 58 trabajos científicos, ha revelado que, entre las alteraciones más habituales entre la población general, figura la depresión y la ansiedad.
Pero de igual forma, ha hecho que muchos trabajadores replanteen sus posiciones y reevalúen sus trabajos. En Estados Unidos han renunciado más de 4 millones de trabajadores en lo que va de pandemia. «La gran renuncia”, como ya se la ha bautizado, sorprendió, inicialmente, a muchos economistas que sostienen que los trabajadores no suelen estar dispuestos a alterar el statu quo ni siquiera cuando están descontentos en sus empleos.
Pero la crisis de covid-19 trastocó las normas económicas y sociales, llevando a los trabajadores a reevaluar lo que quieren de su vida laboral y personal. Hasta ahora, entre 40 y 50 mil camioneros no piensan regresar y poco más de un 20% de los marineros.
En las próximas entregas, trataremos sobre el impacto que esto ha tenido en la inflación, los efectos en la desglobalización y los desafíos y oportunidades de la República Dominicana.