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Que grato resulta recibir de la otra persona, conocida o no, una mirada, un gesto de aprobación, de respeto, de aceptación. Desde ese instante se inicia el acercamiento que podría afianzarse en el tiempo en fuertes vínculos o sencillamente fue una percepción agradable que usted no tuvo la oportunidad de profundizar. No podemos negar que también se pueden percibir sensaciones de rechazo, de no aceptación o crítica.
En los humanos, este primer contacto es referente importante, ya que nos permite a priori hacernos una idea de las características de la persona observada, aunque como todos sabemos esa primera impresión no es definitiva. Ocurre muchas veces que aquel que pudiese haberle parecido un monstruo resulta cosa muy distinta cuando usted le trata de cerca y, a la inversa, aquellos que al parecer son tranquilos y pacíficos y luego resultan verdaderos demonios.
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Así, querido lector, ocurre con las personas obesas. Rompen el prototipo, el esquema en que visualizamos a los demás, de ahí que podamos escuchar expresiones como: “¡Qué hombre tan gordo!”, “Pero tú estás tan gordo que vas a reventar”, “Ahí viene la gorda esa”, “¡Pero cómo te has dejado poner así!”.
Dediquemos en esta ocasión nuestra atención a las personas en sobrepeso y obesas.
La obesidad es una compleja enfermedad crónica que se define por una acumulación excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud.
En el 2022 se estimó que 2,500 millones de adultos de 18 años o más tenían sobrepeso, de los cuales 890 millones eran obesos. Esto significa que el 43% de hombres y 44% de mujeres tenían sobrepeso, lo que supone un aumento considerable con respecto a 1990. La prevalencia de la obesidad en todo el mundo aumentó en más del 100% entre 1990 y 2022. La prevalencia del sobrepeso variaba en función de las regiones de la OMS: del 31% en Asia sudoriental y África, al 67% en la región de las Américas. Entre las causas de la obesidad conviene destacar factores genéticos, conductuales, metabólicos y hormonales. Ella es el resultado de ingerir más calorías de las que se queman en las actividades diarias comunes y de una vida sedentaria.
La OMS define el sobrepeso cuando el índice de masa corporal (IMC) es igual o superior a 25. Obesidad cuando éste índice es superior a 30. Recordemos que, la obesidad es uno de los problemas de salud más grave y de más rápido crecimiento.
Veamos algunas consecuencias: incremento de serias afecciones: hipertensión arterial, enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, diabetes mellitus tipo 2, enfermedades de la vesícula biliar, fatiga crónica, asma, apnea obstructiva del sueño, algunas formas de cáncer, en las mujeres dificultades en el sistema reproductivo, trastornos del sistema osteoarticular con serias dificultades para ponerse de pie o desplazarse, con la pérdida de capacidad de movilizarse y tener una vida con autonomía.
A todo esto debemos agregar que en los niños y adolescentes es más frecuente el acoso escolar y el bullying con intimidación física, burlas, insultos, nombres despectivos y hasta agresiones físicas.
El concepto de gordofobia se refiere a aquellas manifestaciones de discriminación y minusvaloración hacia personas con cuerpos que se salen de la norma o cuerpos gordos. Asimismo, llama la atención el estigma que lleva a la discriminación en el trabajo, tanto para la contratación como en las promociones y los aumentos de salarios.
Desde 2007 los perjuicios y la discriminación basados en la raza o género han disminuido, pero no ha ocurrido así con los relacionados al sobrepeso y la obesidad.
Es como si las personas obesas no quisieran bajar de peso y volver a ponerse esos jeans o esa ropa que tanto le gustaba, ni bailar sin agotarse en la primera pieza, ni sentirse a gusto con su imagen. Conviene reflexionar sobre estos aspectos cuando veamos una persona en sobrepeso, obesa.