La otra cara del covid-19

La otra cara del covid-19

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«El aislamiento, el distanciamiento físico, el cierre de escuelas y lugares de trabajo, son desafíos que nos afectan, y es natural sentir estrés, ansiedad, miedo y soledad en estos momentos» subrayó en un momento Hans Kluge, el Jefe de la OMS en Europa.

La mayoría de los seres humanos tenemos una capacidad limitada de pensar y adaptarnos, y a menudo no actuamos por nuestro propio bien.

Tenemos dificultades para cumplir nuestras metas, ya sea porque las olvidamos o porque las posponemos, y subvaloramos o descontamos la importancia del futuro. Tomamos atajos mentales, generalizando y de manera excesiva partimos de hechos parciales, y creemos en patrones inexistentes.

En pocas palabras, a menudo formulamos juicios y el tipo de soluciones quedamos a los problemas a la larga perjudican nuestro bienestar.

Los desafíos van desde la comunicación efectiva de nuevos términos, hasta la capacidad de la población de retenerlos y adaptarlos a la vida diaria. A continuación se presentan algunos ejemplos utilizados para reforzar los esfuerzos de comunicación de los gobiernos para aumentarla adherencia a las mejores prácticas recomendadas por los organismos de salud.

Estas observaciones conductuales pueden también ser utilizadas para comunicar comportamientos deseados cuando se flexibilice el aislamiento.

Aunque no se crea, hay aspectos positivos que ha traído consigo la pandemia, por eso es oportuno ver la perspectiva positiva que puede traer la misma.

Estamos viviendo una situación única que ha generado incertidumbre, inestabilidad económica en familias alrededor del mundo y en la economía en general, por lo que, individualmente y como sociedad, tenemos la responsabilidad de cuidar nuestra salud y la de los demás; y aunque el cansancio y el agotamiento nos llene de ansiedad por estar confinados en nuestros hogares debemos ver los aspectos positivos de esta situación; y como en una alquimia mental; reemplazar el pensamiento negativo o la ansiedad que nos genera el COVID-19, por el lado positivo de esto.

A pesar de que son tiempos difíciles que nos afecta a todos los habitantes del planeta en distintas formas y en circunstancias diversas; no podemos ignorar que también ha traído sorpresivamente, algunas situaciones que no nos imaginábamos que íbamos a vivir o que simplemente, no pensábamos en ello.

Este virus, ha obligado a moderar y cambiar nuestro comportamiento individual porque hemos visto que es la única vía para sobrevivir y superarlo, sin olvidar que sobrevivirlo, conlleva responsabilidad y solidaridad.

Los pequeños negocios y emprendimientos se han tenido que reinventar y digitalizar para satisfacer las necesidades de sus clientes. Vemos también que la ciudadanía ahora en tiempo de pandemia es más participativa.

Otro de los aspectos positivos, es que hemos adoptado un estilo de vida más saludable al estar más tiempo en casa, los alimentos se compran con mayor racionalidad y consumimos de manera más sostenible, también les hizo darse cuenta (a una gran parte de la sociedad) de que, lo que más se extraña, son las personas queridas y no las cosas materiales.

Un segmento de la sociedad que ha sido afectada directamente por la pandemia son los jóvenes y niños, el cúmulo de estrés y la ansiedad por el cambio en el estilo de vida.

La manera en la que responde ante el estrés durante la pandemia puede depender de sus antecedentes, el apoyo social de familiares o amigos, su situación financiera, su salud y antecedente emocional, la comunidad en la que vive y muchos otros factores. Un ejemplo claro es la virtualización de las clases, que rompen el paradigma de la educación.

Encargarse de los cuidados de familiares y amigos puede ser liberador del estrés, pero hay que mantener un equilibrio y no debería olvidarse de cuidar de sí mismo. Ayudar a otras personas a sobrellevar el estrés, como brindar apoyo social, también puede contribuir a fortalecer su comunidad.

En tiempos de mayor distanciamiento social, las personas pueden seguir manteniendo contactos sociales y cuidar de su salud mental. Las llamadas telefónicas o las videoconferencias pueden ayudarle a usted y ayudar a sus seres queridos a sentirse socialmente conectados, menos solos o menos aislados.

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