El estilo de un poeta se refiere a la forma única en que utiliza el lenguaje, estructura sus versos y transmite sus ideas y emociones a través de la poesía; una combinación de varios elementos, como el vocabulario utilizado, las figuras retóricas empleadas, el ritmo y la métrica de los versos, la organización y estructura de los poemas, así como los temas y motivos recurrentes en su obra. El estilo de un poeta se desarrolla a lo largo de su trayectoria creativa y es una manifestación de su voz artística distintiva e incluso de su espiritualidad. Sí, así es… Cada poeta tiene su manera única de expresarse y de utilizar el lenguaje para comunicar su visión del mundo. Advirtamos el de Lissette Vega de Purcell a través de su poesía…
El poemario “La palabra desnuda”, de Lisette Vega de Purcell, fue publicado en el 2023 por Ediciones Amargord, Madrid, España, con la edición de José María Quintana y las ilustraciones de Eva Hiernaux. La autora, reconocida en el mundo cultural dominicano como escritora, traductora, políglota, pedagoga, licenciada en Lenguas Modernas, poeta, novelista y ensayista, cuenta con una juventud eterna que transmite con su sola presencia. La poeta es amante de las artes, el verdor de la naturaleza y los animales, triada que estimula su imaginación y le ofrece nuevas perspectivas estéticas que le inspiran variadas formas de expresión. Ser capaz de conectar con la propia identidad y raíces culturales le ha permitido develar su propia identidad; recorrer el pasado con una memoria fresca y llenar el presente de momentos sutiles en su exploración poética.
En este escrito analizaremos tres de las piezas del poemario. Iniciaremos el recorrido con el “Caballo Blanco”. En este poema Vega escruta la belleza y el misterio de la naturaleza animal: “De muy lejos llegan tres fuertes batidas/ en el lento galopar de aquel caballo blanco/héroe vencedor del inframundo/se acerca ahora y ralentiza el tempo de su andar seguro/en dos notas que se lanzan al compás de la polvareda/ Sí. Es el ritmo de su trote cadencioso/De un solo golpe se detiene/ Me observa sin soslayo/Fulgurante llamarada de sus ojos fijos/ me hipnotiza la noble bestia en pose altiva de/ estatua en bruñido bronce erguido el cuello/ y las narinas resoplando un denso vaho de su alma vigorosa/ni verlo ni oírlo puedo sin alterar mi alma descarnada. / Secreto atesorado nostalgia de niñez perdida.
La comunicación entre un jinete y su caballo va más allá de las palabras. El jinete aprende a leer las señales del caballo; del mismo modo, el caballo aprende a interpretar las señales del jinete. El poema presenta una serie de imágenes y metáforas que evocan una atmósfera misteriosa y evocadora. Los ojos del caballo se describen como una «fulgurante llamarada» que hipnotiza. Estos ojos fijos representan un punto de enfoque, símbolo de poder y nobleza que capturan la atención. Su descripción como «héroe vencedor del inframundo» sugiere una figura mitológica o trascendental. Representa la fuerza y la presencia que se acerca lentamente, estableciendo un ritmo cadencioso que crea una atmósfera enigmática. El «denso vaho de su alma vigorosa», manifestación de su esencia o energía vital, simboliza la fuerza y el espíritu poderoso que tiene un efecto profundo. El poema trata la nostalgia, añoranza de la pureza de la niñez perdida y la entrada en el mundo de los hombres. En conjunto, utiliza una serie de signos y símbolos para evocar una experiencia sensorial y transmitir una reflexión sobre la búsqueda de la autenticidad y la nostalgia del pasado perdido.
Pasemos a comentar “El poema». Se trata de una hermosa introspección que aborda el proceso creativo y la búsqueda de la propia voz. A través de las metáforas el poema invita a una reflexión crítica sobre la expresión artística y el esfuerzo por capturar la esencia y la verdad personal. Veamos… “Los versos se me esconden/Entre sábanas mojadas de delirios y suturas/Busco entre las flores/ Busco entre poemas/Que huyen de mis garras hambrientas de palabras/Las palabras se transmutan en mi ser/Mi ser que busca su esencia/Sigo escarbando, hurgando, rasgando, /Surcando, más hondo, sin fondo/ Garrapateo entre líneas que brotan del fondo de mi alma”.
El poema comienza con la afirmación de que los versos se esconden, alusión a las dificultades y los desafíos de la creación poética. La imagen de “sábanas mojadas de delirios y suturas” pueden sugerir una lucha interna por encontrar inspiración y conectar con las emociones y experiencias profundas, así como también podría referirse a la humedad producida por el amor en una noche de delirio; también puede interpretarse como una representación de la mente del poeta, simbolizando las ideas desordenadas y las experiencias dolorosas que buscan ser expresadas. La línea «Los versos se me esconden» sugiere que los versos, como signos lingüísticos que representan ideas y emociones, no son fácilmente accesibles o disponibles para el poeta presentándose como entidades ocultas o elusivas en el alma del mundo. La poeta busca entre las flores y entre poemas que se convierten en signos que se exploran en busca de ideas y expresiones poéticas. Y es que la poesía se encuentra en lo profundo de cada ente y es el poeta quien con su conexión con el alma del mundo devela el cántico escondido. Sin embargo, los versos y las palabras parecen eludir a la poeta, escapando de sus «garras hambrientas». El poema sugiere una transformación personal a medida que las palabras se transmutan en su ser; conexión íntima entre el lenguaje y la identidad, y la importancia de encontrar la esencia propia a través de la expresión poética. La escritora continúa su exploración y persistente en la búsqueda de la verdad y la autenticidad. La escritora se adentra en las capas más profundas de la experiencia y las emociones, utilizando una serie de verbos que implican una acción vigorosa y enérgica (escarbando, hurgando, rasgando, surcando) que evocan lo insondable y una pasión inagotable por la escritura. En resumen, se trata de una reflexión poética que aborda el proceso creativo a través de metáforas, una reflexión sobre los desafíos de la expresión artística y la necesidad de conectar con la propia esencia y verdad a través de la escritura. Los versos establecen un sistema de signos que evocan temas como la búsqueda, inspiración, identidad y la expresión poética.
Finalmente, procedamos al análisis de «Alter Ego»: “Amor, edifica mis entrañas/Lo siento en el aire que respiro/Lo siento en las quimeras de mis sueños/Lo siento en el universo de mi tiempo/ tiempo en el que me he convertido/ Presente, pasado y futuro me confluyen/En ser y en estar/ Porque advierto cuando estoy siendo/Siendo lo que soy/ Mujer evanescente en sus adentros/ Sueños – realidad- alucinante- sueño entre palacios/ semiderruidos marismas que confluyen/ en senderos luminosos que se bifurcan en electrones y fotones/ dónde estoy, estoy siendo/ en la oquedad repetitiva de mis huesos/ mujer evanescente en sus adentros”.
Este poema de contenido abstracto y simbólico presenta una serie de imágenes y conceptos relacionados con el amor, la identidad y la existencia. El amor se presenta como una fuerza constructiva y vital que afecta profundamente al sujeto poético que lo siente en el aire que respira y en los sueños que tiene, lo que sugiere una conexión íntima entre lo interno y externo. Habla del tiempo como conciencia de continuidad, percepción del tiempo como una fuerza que influye en su existencia. Se vuelve lúdica al describir su experiencia como un sueño alucinante, en el que se encuentra entre palacios semiderruidos y marismas luminosas, signos visuales que crean imágenes mentales y contribuyen a la atmósfera onírica y surrealista del poema. Estos elementos evocan una sensación de transitoriedad y cambio constante.
Además, menciona partículas subatómicas, imágenes simbólicas que sugieren una búsqueda de identidad y una exploración de diferentes estados de ser. El poema concluye repitiendo la frase «mujer evanescente en sus adentros». Lo que refuerza la idea de una identidad fugaz y efímera, posiblemente en constante transformación. La repetición de ciertas palabras y frases, enfatiza la fragilidad y la fluidez de la identidad, sugiriendo una exploración de múltiples facetas de la feminidad. Las metáforas utilizadas aportan capas adicionales de significado y contribuyen a la riqueza simbólica del poema.
Concluyo este escrito sobre “La palabra desnuda” de Lisette Vega de Purcell invitándolos a leer “SOY”: “Soy quien tengo fe en el enigma del absurdo…”