Durante los meses de enero-junio del año 2022, la Comisión Técnica se reunió todas las semanas. Era importante tener una visión común. Un elemento importante de esa reflexión, y que había sido una petición del Comisionado, fue centrarnos en el diseño de los llamados “Cursos Complementarios” para los rasos en servicio, e incluyendo, a medida que se fuera avanzando a los cabos y sargentos.
El Consorcio de Educación Cívica, con 25 años de experiencia en educación ciudadana, que está constituido por más de 20 instituciones educativas de la sociedad civil dominicana, aunque pertenece y forma parte de la estructura de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra. Entre las instituciones integrantes se encuentran: el Colegio Babeque Secundaria, Colegio Lux Mundi, Asociación Leonardo Da Vinci, Liceo Científico de Salcedo, Colegio Educare de Moca, la PUCMM, Fundación Fe y Alegría, Sur Futuro, Instituto de la Familia, EDUCA, Fundación Cosecha de Cotuí, Participación Ciudadana y Fundación Escala, entre otras. A nivel individual forman parte los educadores Olga Espaillat, Nerys García, Susana Doñé, Frida Pichardo de Villamil, Sara Güilamo, Leonor Elmúdesi, Aida Consuelo Hernández, Mirna Aquino y Teany Sánchez, entre otras.
Esta entidad ha desarrollado proyectos fundamentalmente con el sector educativo formal, liceos y colegios, y ha sido apoyada por el Ministerio de Educación, el Banco Interamericano de Desarrollo, fondos privados, la Dirección General de Impuestos Internos; entre otras.
La experiencia de este grupo nos hizo contactarlo para que nos hiciera una propuesta para los cursos complementarios. Se habló con Aida Consuelo Hernández, una hormiga trabajadora e incansable. Se diseñó una propuesta que contenía cinco módulos por 90 horas en total: Derechos Humanos, Ética, Resolución Pacífica de Conflictos y Constitución. Se buscó un equipo que diseñara los materiales, se habilitaron 60 profesores en metodología activa llamada ECA (Exploración, Conceptualización y Aplicación) y se ejecutó un plan piloto: un grupo en Santiago, otro en Barahona, uno en La Romana y dos en Santo Domingo, que serían dirigidos a POLITUR y DIGESETT. El proceso fue largo y difícil. Nos dimos cuenta de que era necesario reducir el número de horas y bajar el nivel. Se diseñó un pretest y un post test para evaluar los resultados de cada experiencia y se grabaron las sesiones para que nos sirvieran de instrumento de evaluación.
Un elemento importante para destacar es que el diseño del curso fue discutido en varias instancias: primero con Roberto Santana, luego la Comisión Técnica lo aprobó y finalmente se le presentó al Comisionado, al director general de la Policía Nacional y a las autoridades del IPE. Todos aprobaron la iniciativa con entusiasmo en ese encuentro, que se realizó el 4 de mayo de 2022 en el salón de actos del Ministerio de Interior y Policía. En esa oportunidad se hizo un recuento de lo que se había hecho en los 4 meses de ese año: las visitas, los contactos, la definición de los caminos del debe ser, y, fundamentalmente el Plan de Trabajo.
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Desde sus inicios, la Comisión Técnica decidió que su accionar debía caracterizarse por la total transparencia y comunicación directa con las autoridades del Ministerio de Interior y Policía, la Policía Nacional y el Comisionado. Así ha sido la práctica desde entonces.
El reto era entonces generalizar la experiencia. ¿Cómo llegar al país completo? ¿Cómo lograr la meta de llegar a los miles de policías diseminados en cada rincón de los 48,000 kilómetros cuadrados? Había que buscar una estrategia que fuera masiva pero que no se perdiera la calidad del proceso educativo. Las casualidades llegan solas. Conversando con el presidente de la Asociación Dominicana de Rectores de Universidades (ADRU), Dr. José Altagracia Hazim, y su director ejecutivo, Dr. Esteban Tiburcio, vimos la posibilidad de que esa asociación participara en el proceso. Organizamos una reunión de rectores, en la que participaron unos 20. La Comisión Técnica delegó en mí la presentación de la experiencia y lo que pretendíamos. Se envió una carta a las universidades que quisieran participar en los cursos complementarios. Trece instituciones se sumaron a la experiencia, y el 12 de abril los rectores firmaron con la presencia del Presidente de la República el acuerdo general en el que se comprometían a colaborar en el proceso de formación de los policías. En estos momentos se están haciendo los aprestos para poner en marcha el proceso educativo. Ya se habilitaron más de 70 profesores universitarios en el contenido y la metodología ECA. Están muy entusiasmados.
Durante estos meses de trabajo surgieron algunos percances. En septiembre del año 2022, justo cuando comenzaban a ejecutarse las cosas, nuestro querido Roberto Santana tuvo que ausentarse del proceso porque enfermó. Por azar de la vida me quedó la responsabilidad de asumir la coordinación y también ejecutar y supervisar la ejecucque se me presentó sin esperarlo, de sorpresa y con muchas preocupaciones. Debía compartir todas estas actividades con mis labores universitarias. La tarea no era fácil. Ya han pasado 10 meses, casi un año desde que Roberto nos tuvo que dejar. Hemos seguido ejecutando el plan de trabajo, y hemos cumplido con las metas trazadas.
No puedo dejar de mencionar que mi labor, aunque ardua, ha contado con el respaldo solidario y fuerte de la Comisión Técnica: Eladio Uribe, Gregorio Montero, Miguel Escala, Osvaldo Santana y Radhamés García. Sin el apoyo de este grupo no habría podido seguir adelante.
Otro elemento a destacar es que el presidente Luis Abinader Corona le da un seguimiento cotidiano a las acciones que se realizan, y cuando hemos encontrado dificultades siempre está dispuesto a buscar soluciones. Si esta reforma de la Policía Nacional ha iniciado es porque ha existido una voluntad política firme. De lo contrario, hubiese sido otra iniciativa más que se pierde en el tiempo. ¿Lo lograremos? Está por verse. Pero el esfuerzo se está haciendo. Todavía quedan unas cosas más que hacer y muchas que contar. Seguimos en la próxima.