Una de las prioridades que el presidente Luis Abinader solicitó a la Comisión Técnica fue la ampliación de las facilidades para formar los rasos que patrullan las calles. La seguridad del país supone que se dupliquen los agentes en servicio en la calle. En estos momentos son menos de 20,000 policías que hacen esa importante función. Se necesita un mínimo de 36,000 agentes.

Para ampliar el número de conscriptos, y sobre todo, para ampliar la formación a un semestre interno y un semestre de práctica supervisada, se necesitaba, y se necesita todavía, la ampliación de la infraestructrura de servicio. El lugar tradicional de la Escuela de Formación Policial es Hatillo, un lugar hermoso pero con unas instalaciones que dejan mucho que desear. En tan malas condiciones está esa edificación que pronto va a ser intervenida completamente.

Para poder satisfacer la demanda, los miembros de la comisión, y las demás personas que acompañan al presidente en ese viacrusis institucional que supone la transformación de la Policía Nacional, se visitaron varias opciones; hoteles que estuvieran vacíos y que pudieran cumplir con los espacios necesarios para la formación física y académica de los conscriptos o reclutas. Fuimos a San Pedro de Macorís, peinamos el país. Y localizamos dos lugares ideales: un espacio amplio y bastante bien conservado que posee la Armada y el Hotel Bahía Príncipe, que estaba fuera de operación, pero estaba en muy buenas condiciones.

Con La Armada, el ministro de Interior y Policía, Jesús Vásquez, firmó un convenio en el cual nos cedía el lugar por tiempo indefinido. No ha podido remozarse, a pesar de que el fondo empresarial para la reforma policial tiene el dinero disponible, porque había un problema de casi 100 reclusos en condiciones especiales que estaban allí. La situación se ha ido resolviendo y esperamos que en los próximos meses se inicie la remodelación para ponerlo a punto para la formación.

En el caso de la nueva Escuela de Formación en Río San Juan, se ha remodelado en tiempo récord, gracias al trabajo duro y tesonero de nuestra querida Elena Viyella de Paliza. Además de negociar el lugar, logró que los dueños cubrieran la remodelación del lugar y se adecuara a las necesidades de una escuela. La edificación podrá recibir mil conscriptos semestralmente, para un total de dos mil por año. Se logró también donación del sector privado en mobiliario, así como del Ministerio de Educación.

Muchos sectores han criticado la negociación, sin tener razón y sin conocer las condiciones. El costo mensual de la escuela será de RD$9,831,889.79; con una inversión mensual por policías de RD$1,024.15 y se reduce más, sería una inversión diaria por conscripto de RD$36.57. Además, todo el proceso se ha hecho con TRANSPARENCIA EN EL PROCESO CONFORME A LA LEY DE COMPRAS Y CONTRATACIONES PÚBLICAS.

Pero, además, los nuevos policías se formarán en un ambiente más que digno, con aulas aclimatadas, con lugares de entrenamiento físico ideales, con espacios de esparcimiento, y con habitaciones decentes. Si queremos policías profesionales, se necesita mejorar las condiciones en que se forman, física y pedagógicamente.

El nuevo grupo que ingresará en este mes de septiembre, unos 900, serán los primeros en disfrutar de un pensum nuevo basado en competencias, tal y como lo requiere la ley. Tendrán profesores profesionales de las universidades que recibirán entrenamiento especial para educar policías; e instructores (los docentes-policías) entrenados por escuelas policiales de la región.

Apostamos a esta experiencia, para lo cual se ha trabajado duro.

Quiero reconocer, desde lo más profundo de mi corazón, el trabajo duro y desinteresado que ha hecho doña Elena Viyella de Paliza para que esa escuela pudiera iniciar ahora en septiembre.

Visitamos el lugar y me quedé impresionada de lo bien que ha quedado todo. Esperamos que esta experiencia sea el inicio de la verdadera transformación educativa del IPE, que es larga y profunda.

Con este artículo finalizo esta etapa de recuento. La próxima entrega serán algunas líneas de reflexión, nacidas al calor de esta experiencia. Hasta la próxima.