La Secretaría de Organización del 1J4

La Secretaría de Organización del 1J4

La Secretaría de Organización del 1J4 fue una de las columnas centrales del movimiento. Esta instancia no solo garantizó la cohesión interna del colectivo, sino que también desempeñó un papel fundamental en la planificación estratégica, la movilización de recursos y la ejecución de actividades en el partido verde y negro. El veterano dirigente político Fidelio Despradel cuenta en sus memorias que fue “para el 8 de noviembre de 1961 [cuando] fui promovido a secretario de Organización del Comité Central del 14 de Junio”. Previo a su ascenso en la estructura, Despradel se “había destacado en las tareas de organización y cuando Josué Erikson salió del país a recibir entrenamiento militar en Cuba, Manolo decidió promoverme a la dirección de la Secretaría de Organización del Comité Central del 14 de Junio”.

A partir de su relato, podemos visualizar en profundidad la importancia de las funciones y tareas que debía desempeñar en su cargo a los fines de mantener la operatividad del movimiento, ya que, según nos cuenta “Manolo y los demás dirigentes que lo acompañábamos, encontrábamos en todas partes una gran acogida, que renovaba nuestro entusiasmo y militancia. La preocupación central de Manolo durante todo este período era el fortalecimiento de la Dirección Política de la organización. Manolo estaba plenamente consciente de esa nuestra más importante debilidad, e impulsó, como ya he señalado, importantes iniciativas para ir fortaleciendo dicha Dirección Política”.

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En ese orden, nos señala que durante la etapa en la vida pública del 1J4 que discurre entre julio de 1961 y noviembre de 1963 “los esfuerzos principales en este período estuvieron concentrados en consolidar la estructura organizativa del Partido, en la implementación de acciones políticas para fortalecer nuestro vínculo con el pueblo y principalmente, en el afrontamiento de las grandes debilidades de la dirección política de la organización”. Entre sus principales funciones se destaca la coordinación de actividades entre las que se encontraban establecer calendarios y planes de acción a corto, mediano y largo plazo, así como supervisar la ejecución de las actividades (Ej. Mítines y grandes manifestaciones) para garantizar su efectividad y cumplimiento.

Desde su posición “viajaba con frecuencia al interior del país, las más de las veces en mi función organizativa y otras veces acompañando a Manolo en sus frecuentes presentaciones en mítines, conferencias y reuniones en distintas localidades del interior del país”. En sus recuerdos habita aún la melancolía que le produce pensar “con nostalgia las múltiples reuniones que hube de presidir en aquellas semanas y días febriles, junto a otros tantos miembros, hombres y mujeres, de la Comisión Nacional de Organización y de los Comités del 14 de Junio en las principales ciudades del país”.

Ciertamente, la Secretaría de Organización bajo Fidelio Despradel ejerció un liderazgo claro, pues disponía de unos niveles de autoridad bien definidos, contando con coordinadores responsables de implementar los planes y reportar avances, tal como nos describe “desde que la organización se estableció en todo el territorio nacional, en los meses finales del año 1961, había una serie de dirigentes sobre cuyos hombros (por su eficiencia en el trabajo y su lealtad), por instrucciones de Manolo, nos apoyábamos antes de ejecutar muchas de las labores más delicadas del trabajo clandestino. De aquellos viejos robles, puedo señalar al doctor Antonio Vásquez (Toño) en Puerto Plata, Sóstenes Peña Jáquez, Rubén Díaz Moreno, Marcelo Bermúdez y Germán Arias (Chanchano), en Santiago, doctor Ángel Concepción en San Francisco de Macorís-Tenares, Alexis Brache en Salcedo, doctor Juancito Martínez –dentista de La Vega–, José Peralta Michel y Antonio Mirabal en La Vega, Bienvenido Aquino Pimentel en Bonao, Víctor Fleurys (Cabulla) en San Juan de la Maguana, Ángel Luis Patnella y Lilo Coss en Barahona, Danilo Aguiló y René del Risco en San Pedro de Macorís, Radhamés Rodríguez y Joseito Padua en La Romana, Chichí de la Cruz en El Seibo (asentado en la comunidad de El Cuey), los hermanos Castro en Villa Vásquez, Oscar Cabral en Nagua, Napoleón Méndez (Polón), Francisco Bueno Zapata en Santiago Rodríguez, Manuel Lulo en Moca, Joseíto Crespo en Valverde, Mao, y Plutarco Sención en San José de Ocoa. Después fueron surgiendo otros y otras: Piki Lora en Santiago, el Chino González, en San Francisco de Macorís, Bernardo Vicente, don Arturo Segura e Ignacio Soto en Padre Las Casas, Homero Bello en Baní, Manuel de Jesús Fondeur (Piculin) y otros en Mao, Federico Cabrera, Caonabo Abel, Juan Ramón Martínez (Monchi) y otros en Monte Cristi”.

Agrega además que “desde la Comisión Nacional de Organización viajábamos a todos los rincones del país, en especial a los comités que fungían como centros regionales, a poner en movimiento y ultimar los planes de movilización de cada comité”. Desde esa perspectiva, se puede apreciar como la Secretaría de Organización se manejaba de manera descentralizada, lo que facilitaba la movilización en diferentes regiones donde los respectivos comités actuaban como puntos de contacto clave para las bases del movimiento lo que le permitía sintonizar con su militancia pues para él “las reuniones regionales, que nunca dejaron de celebrarse, servían para conocer el estado de ánimo”.

Alojada en el segundo piso del edificio contiguo a la sede central en la calle El Conde esquina Hostos, por sus instalaciones “entraban y salían de la Secretaría de Organización delegaciones de distintas partes del país para discutir los detalles… Manolo recibía a los dirigentes que querían consultarle algún detalle, o simplemente cambiar impresiones con él. Desde la Secretaría de Organización, en consulta con los dirigentes del comité central y de otros comités de dirección del interior”.

Vale decir, según sus propias palabras, que “El 14 de Junio contaba con comités en casi todos los puntos del país, incluyendo barrios y parajes rurales, y cada uno de estos comités venía habilitando locales en casas y bohíos campesinos, a los cuales la Secretaría de Organización les proporcionaba un letrero, construido con planchas de metal y marco de madera, con diseño uniforme y los colores y símbolos de la organización, escritorio, librero y otros enseres, proceso que terminó sembrando el país, incluyendo sus secciones rurales, de pequeños centros de trabajo alrededor de los cuales se desarrollaban las actividades de la organización”.

Estos detalles nos revelan el papel crucial de la secretaría, en lo concerniente a la gestión y distribución eficiente de recursos financieros, logísticos y materiales en coordinación con la secretaría de finanzas, tal como veremos en la próxima entrega de esta serie.

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