Es harto conocido en todo el mundo, y muy en especial en la República Dominicana, el rol que juega el etanol en la incidencia de accidentes vehiculares fatales que suceden frecuentemente en las principales carreteras de nuestro país.
El hoy fallecido médico ortopeda Pedro Green llevó a cabo un estudio seriado, junto a quien escribe, con muestras de sangre cadavérica de adultos que habían fallecido a causa de colisiones en la vía pública ya fuera como conductor, pasajero o transeúnte.
Se determinó que alrededor del 70 por ciento de ellos tenían altos niveles de alcohol etílico en el torrente sanguíneo. Es probable también que mucha gente sepa que el etanol es tóxico para el hígado y que también afecta nuestro sistema nervioso central.
Lo que sí resulta sorprendente es que pocas personas están enteradas acerca de los efectos carcinógenos de las bebidas alcohólicas en diferentes órganos corporales y lugares anatómicos del cuerpo.
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Existe una asociación entre la ingesta de alcohol y el desarrollo de cánceres en la boca, la faringe, la laringe y el esófago. Igualmente se ha demostrado su relación con el hepatocarcinoma, cáncer colorrectal, pancreático, de la mama, así como el melanoma. La Revista Americana de Medicina Preventiva en su volumen 62 correspondiente al presente año 2022 publica un trabajo de investigación titulado “Conocimiento del alcohol como carcinógeno y el apoyo a las políticas de control de este”. Las salubristas Anna H. Grummon y Marissa G. Hall escriben en la revista estadounidense New England Journal of Medicine, en fecha 1ero de septiembre de 2022 un artículo con el siguiente encabezado: “Actualización de las advertencias sobre el uso del alcohol; información para consumidores destinado a reducir los riesgos”.
En ambas publicaciones se resalta el hecho de lo poco que se destaca en los envases de licores, acerca de los efectos nocivos a la salud que tienen el ron, aguardiente, cerveza, ginebra, vodka, vino, whisky escocés, coñac, tequila y extracto de malta, entre otros.
Los fabricantes y distribuidores de estas bebidas dedican grandes recursos al cabildeo congresual, a fin de evitar leyes perjudiciales a la promoción, venta y consumo de dichos productos. De acuerdo con el Centro de Enfermedades Comunicables localizado en Atlanta, Georgia, las dos terceras partes de los adultos norteamericanos admiten el consumo de alcohol. Nos dicen que la industria alcohólica estadounidense dedica mil millones de dólares anuales en la promoción del uso de las bebidas alcohólicas. También se asegura que setenta de cada cien adultos ignoran que el uso del etanol aumenta el riesgo de padecer cáncer.
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Entienden Anna Grummon y Marissa Hall que la ciudadanía norteamericana se merece la oportunidad de contar con la información adecuada antes de tomar la decisión de consumir bebidas alcohólicas.
Alentadores son los resultados obtenidos por el grupo de salubristas encabezados por Seidenberg, Wiseman y asociados. 65.1% de las personas encuestadas apoya que se coloquen advertencias sobre el peligro a padecer de cáncer cuando se consume alcohol.
Unámonos todos bajo la sana consigna de que “a menor ingesta de bebidas alcohólicas, menos cánceres y más calidad de vida”.