Las redes sociales son parte de la vida de casi todos los individuos, especialmente de la población joven de nativos digitales. Su ascenso de popularidad a mediados de la década de 2000 revolucionó la forma en que los seres humanos nos comunicamos y compartimos información, como individuos y como sociedad. Dada la importancia de la salud mental y bienestar dentro del debate actual, quizás nunca antes se había hablado de un cambio más pertinente.
Se han convertido en un espacio en el que se forman y se construyen relaciones, se moldea la autoidentidad, la expresión y el conocimiento sobre el mundo que nos rodea; y esto está intrínsecamente vinculado a la salud mental. La mayor incidencia de uso de las redes sociales se ve entre personas de 16 a 24 años. Estos años son un período crucial para el desarrollo emocional y psicosocial de la persona, y este solo impone la necesidad de una mayor comprensión de su impacto.
Un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad Edge Hill y publicado en el International Journal of Human-Computer Studies encontró que pasar tiempo interactuando con amigos y familiares en las redes sociales, específicamente en la la aplicación de mensajería Whatsapp, es bueno para el bienestar psicológico de una persona.
Linda Kaye, psicóloga y autora principal del estudio, descubrió que la aplicación de mensajería, que ofrece a los usuarios funciones de chats grupales, tiene un impacto positivo en el bienestar psicológico.
La investigación, que involucró a 200 usuarios de redes sociales, sugirió que las conversaciones grupales y los chats individuales realmente podrían beneficiar a las personas al ofrecer apoyo social.
Los hallazgos, mostraron que, en promedio, los participantes informaron usar WhatsApp durante aproximadamente 55 minutos cada día, y los participantes informaron que lo utilizan en gran medida debido a su popularidad y la función de chat grupal.
Los investigadores también encontraron que la cantidad de minutos por día empleados en el uso de la aplicación se relacionaba positivamente con la calidad de las relaciones, y que cuanto más tiempo pasaban las personas en WhatsApp cada día, menos solos se sentían y mayor era su autoestima como resultado de las relaciones vinculares en línea con amigos y familiares.
“Específicamente, los hallazgos muestran cómo incluir factores relacionados con el capital social de vínculo es muy pertinente en este campo como una forma de entender cómo el uso de la tecnología se relaciona con el bienestar psicológico”, aseveró Kaye.
Los adolescentes y adultos de entre 16 y 24 años constituyen el grupo de los usuarios de redes sociales más activos, con un 91% que utiliza Internet para actividades sociales, en comparación con el 51% de las personas de 55 a 64 años y solo el 23% de las personas mayores de 65 años.
Sin embargo estudios anteriores encontraron que las redes sociales pueden ser perjudiciales para la salud mental de una persona, particularmente aplicaciones como Facebook, Instagram y Snapchat.
Según un reciente estudio publicado por la Royal Society of Public Health, las redes sociales son ahora más adictivas que los cigarrillos y el alcohol. Si bien puede parecer un pequeño vicio en comparación con los anteriores, las redes sociales nos hacen perder el contacto con la realidad y nuestra vida social real. Si bien presentan grandes oportunidades para la innovación, el aprendizaje y la creatividad, la evidencia emergente suscita preocupaciones sobre las posibles implicaciones para la salud mental de los jóvenes.
“La conducta adictiva, la necesidad de evasión, el riesgo de aislamiento, y otras conductas sintomáticas pueden afincarse en el uso de las redes sociales. Pero, ¿es acaso culpa de las redes sociales o simplemente estas constituyen un nuevo u otro escenario en donde se manifiestan conductas patológicas históricas?”, sostuvo en una entrevista con Infobae Diego Luparello, psicoanalista y expresidente del Claustro de analistas en formación de la Asociación Psicoanalítica Argentina.
A principios de 2017, la RSPH realizó una encuesta a 1.479 usuarios de 14 a 24 años de edad, preguntándoles sobre cinco de las plataformas de redes sociales más populares: Facebook, Instagram, Snapchat, Twitter y Youtube. El objetivo de la encuesta fue descubrir de qué manera estas plataformas afectaban su salud y bienestar (tanto positiva como negativamente) y hacer comparaciones entre ellas.
Instagram, una de las plataformas de redes sociales más populares, demostró tener el impacto más negativo en la salud mental de sus usuarios. Mientras que YouTube, la segunda plataforma de redes sociales más popular en el Reino Unido, se consideró como la de impacto más positivo.