El liderazgo político latinoamericano se encuentra en el desafío de cómo gerenciar la crisis, aprender a salir airoso de ellas o empezar a tocar fondo sin soluciones a largo plazo que le represente crisis después de la pandemia.
Las adversidades enseñan a madurar y crecer, si se logra avanzar y resistir con planes concretos de saber hacia dónde se va.
Nuestras historias en la región están paridas de malos ejemplos económicos, sociales y políticos que, por tiempos entramos en deudas con las colonias, anexamos territorio, devaluamos la moneda, facilitamos intervenciones, parimos dictadores, elegimos populistas y aceptamos vivir en sistema circular de crisis: corrupción, deudas, déficit, crecimiento desigual y sin desarrollo.
De seguro que esta crisis sanitaria, la recesión mundial, la inequidad y los problemas sociales y económicos van a poner de rodillas a líderes, partidos y actores sociales que no hagan buenos diagnósticos y asertivos tratamientos.
El Dr. J. Tilghaman dice: un optimista es aquel que sabe cómo sacar sol y alegría de un día nublado y triste. Existen líderes que se crecen en la adversidad, que aprenden a manejar las crisis, que generan confianza, imponen un modelo, crean un referente, sellan una época y se les recuerda por los sacrificios y los obstáculos que vencieron.
La historia en República Dominicana enseña como cada gobernante respondía ante las crisis económica-sociales y políticas.
Pedro Santana instruye a Mella en misión especial ante la Corona Española a los fines de gestionar un protectorado que diera a la nación la garantía frente amenaza haitiana. Luego, influenciado por Felipe Alfau, 1860 adopta la resolución de negociar el protectorado con España para la anexión.
Buenaventura Báez, también anexaba o vendía la península de Samaná, cogía préstamo a Estados Unidos, le compraba el tabaco a la flor y madera, pedía dinero por adelantado para mantenerse y ser reelegido en el gobierno. Lilís para ganar elecciones, mantenerse en el gobierno y manejar la crisis llegó a endeudarse que terminó devaluando la moneda.
Trujillo Molina se creció y asentó la confianza de su liderazgo después del manejo de la crisis del ciclón San Zenón. Balaguer en periodo 1966, tomó prestado a los ricos del país para pagar los salarios, siempre reduciendo el gasto, poco endeudamiento, y fomentando el consumo interno con la construcción y baja presión tributaria,al final, Balaguer no tenía modelo, se simplificaba a las circunstancias, al método de la oposición; pero aprendió a dividir, negociar, comprar y aceptar el adversario cuando le convenía, aunque la economía era pequeña siempre pago bajos salarios.
El presidente Antonio Guzmán manejó la crisis de la fiebre porcina, los bajos precios del azúcar y la deuda con cierta cautela, sin embargo, los conflictos partidarios, familiares y sus estados depresivos no le ayudaron a terminar bien su gobierno.
El Dr. Jorge Blanco no supo manejar las crisis económicas y sus asesores lo llevaron a negociar con el Fondo Monetario Internacional, entrando el país en una crisis social y política.
El Dr. Leonel Fernández vendió parte de la empresa del Estado, prefería“pagar para no matar”, deudas, construcción y logró el manejo económico, la estabilidad, aumentó el crecimiento, pero fue permisivo con la corrupción y el deterioro partidario.
Hipólito Mejía prefirió la confrontación por su impulsividad con el sistema financiero, creando quiebra de bancos, inflación y daños a la economía.
Danilo Medina, ante las crisis, se manejó aumentando las deudas, gastos irresponsables, modelo político permisivo, egocentrista e indiferente a la corrupción, y crisis partidaria. Su rechazo fue al modelo de gobernanza poco ético y poco moral, creando crisis institucional por buscar una reelección y división del PLD.
Un líder tiene olfato diferente, percibe los que otros no ven, se adelanta a los procesos para prevenirlos, asume con coraje y firmeza los cambios que hay que hacer; a sabiendas que es imposible gratificar y ser admirado por todos. Pero siempre pone a la patria y al ciudadano en primer lugar.
Cada líder, producto de su temperamento y carácter, de su aprendizaje social y de sus intereses, decide accionar en medio de la adversidad. Un líder genera confianza y optimismo, se enfoca en prioridades, reflexionar antes de actuar, impone trabajo y sacrificio.Vamos a ver el liderazgo de Luis Abinader y el PRM en la administración de esta crisis para que no toquemos fondo.