Las tres cabezas de las elecciones del 2024: un presidente y dos exmandatarios. El primero con posibilidades de repostularse, el segundo luchando por volver por cuarta vez al poder, y el tercero en la encrucijada de un partido erosionado que necesita reposicionarse.
Esos tres dirigentes políticos, Luis Abinader, Leonel Fernández y Danilo Medina, se enfrentan a tres desafíos, respectivamente: que el PRM logre un segundo período consecutivo, que la Fuerza del Pueblo crezca de forma tal que pueda convertirse en opción de poder, y que el PLD recupere la empatía perdida en amplios sectores de la sociedad por su cuestionada salida del poder.
Aunque Abinader no es el presidente del PRM, encarnar la primera magistratura del Estado lo hace compromisario, frente a su partido, de hacer una gestión gubernamental que llene las expectativas de las mayorías, para que el 2024 sea un año de victoria continua, y no de derrota.
Nada le impide repostularse para un segundo mandato, y aunque él prefiere jugar a la duda con el lenguaje del silencio, sus constantes apariciones públicas y la estrategia defensiva del Gobierno hasta para las críticas de menor cuantía, dejan poca incertidumbre sobre su intención reeleccionista.
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Abinader ganó las elecciones presidenciales del 2020 en primera vuelta, al obtener el 52.52% de los votos, desterrando con ello 16 años de gobierno consecutivo del PLD, cuyo candidato, Gonzalo Castillo, consiguió el 37.46% de los sufragios.
En cuanto al expresidente Fernández su tarea será más titánica, pues tiene que construir una estructura partidaria que salga del umbral de la minoría, y que le permita dar un salto tan cuantitativo que dejé detrás su último resultado electoral: el 5.69% de los votos obtenidos en las presidenciales del 2020.
El exmandatario creó la Fuerza del Pueblo tras su renuncia del PLD, partido que dejó por los deseos continuistas de la facción representada por el expresidente Medina, quien además preside la organización política.
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Medina carga un pesado fardo: recomponer al PLD en momentos en que se conocen cuatro casos de supuesta corrupción pública, en los que están involucrados tres de sus hermanos, y cercanos colaboradores.
Tras su salida del poder el expresidente Medina se ha mantenido prácticamente ausente de las actividades públicas, pero en junio próximo arranca con una agenda de encuentros por todo el país a los fines de inyectar ánimo a la tropa, y de paso parar la fuga de militantes que se acomodan en la Fuerza del Pueblo y en el PRM.