Las visitas pastorales constituyeron una de las obligaciones de los obispos y arzobispos dominicanos respecto de las demarcaciones bajo su jurisdicción que servían para sostener contactos con el clero y los fieles, vigilar el desempeño de los curas, recomendar acciones para mejorar la marcha de las parroquias y valorar la eficacia de la misión pastoral.
Las fuentes principales de las visitas son, en primer lugar, los libros parroquiales de bautismo, matrimonio y defunción y en segundo orden los libros de confirmaciones y los llamados libros de fábrica o administrativos de las parroquias, en los que se anotaban observaciones para modificar determinadas situaciones.
La atención puesta en los archivos parroquiales se manifiesta en la insistencia en regularizar la terminología en uso, incluso en la sintaxis del texto de las partidas de bautismo, matrimonio y defunción y en sus exigencias en cuanto a “la buena redacción, la limpieza de los libros, la claridad de la caligrafía e incluso la calidad de la tinta”, la firma de las actas y la instrumentación de índices onomásticos.
Aunque en el siglo XIX “el texto de las visitas pastorales se hace cada vez más escueto e incluso se adopta una especie de modelo”, sus notas resultan, desde una mirada genealógica, un atractivo material de estudio, al revelarnos el origen de sucesivos formatos en actas de libros parroquiales y de la orientación seguida en determinadas épocas respecto de sus menciones esenciales.
Por demás, al incluir entre sus ceremonias la administración del sacramento de la confirmación, dejaron en los libros de confirmaciones un filón genealógico invaluable, pues en algunos casos, constituyen la única referencia de la existencia de determinadas personas.
Además, al hacer constar en cada caso la edad de la persona confirmada, nos permiten determinar su año de nacimiento, en ocasiones acaecido antes de que en determinada iglesia hubiese un archivo parroquial.
En paralelo, las actas de estas visitas dejan entrever que la constancia y continuidad de los archivos fueron aspectos descuidados por muchos sacerdotes.