Por: Aneury Antonio Rodríguez Rodríguez
El municipio de Monción, antes Guaraguanó, es parte de una zona conocida como “La Sierra”. Las más antiguas referencias del lugar se remontan a fines del siglo XVII, siendo una de ellas un memorial de 1699 de Juan Nieto de Valcárcel en el que hace referencia “a las minas de oro de Guaraguanó”.
Otros documentos son dos actos auténticos instrumentados por el notario de Moca José Vicente Garrido en 1879. En el primero consta que José Mauricio Soza [sic], agricultor de Hato Viejo, Moca, vendió a Manuel Ramón Viñas, pulpero, viviente en la villa de Moca, 25 pesos fuertes de terrenos comuneros en el sitio de Guaraguanó, parte integrante de una mayor cantidad. El documento que sustentaba la venta había sido otorgado en 1840 por Antonia Madera, esposa de Manuel Reyes, cónyuge que a su vez había vendido a Francisco Padrón 200 pesos de terrenos. Sosa era único heredero y legatario universal de Padrón, conforme testamento otorgado por este por ante el escribano de Moca Carlos Rojas en 1859.
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Por un segundo acto, Sosa vendió a Viñas 500 pesos de terreno en Las Paredes de Mao, que recibió como herencia en mayor cantidad de manos del indicado Francisco Padrón y que estaban comprendidos dentro de los mismos límites que los vendidos en Guaraguanó. Lo interesante es que en este acto se especifica que estos fueron propiedad inicial de Lucas Padrón, el padre de Francisco Padrón, quien los poseyó desde 1760.
Lucas Padrón -acaso el mismo hacendado canario y miembro de la clase dirigente santiaguera Lucas Padrón Fonte- es hasta ahora el único propietario en el siglo XVIII de quien tenemos constancia en el sitio de Guaraguanó.
Los actos notariales aquí citados ofrecen informaciones genealógicas primarias a la vez que permiten deducir el posicionamiento de Padrón como propietario de terrenos comuneros y permiten contrastar el cambio del uso del suelo en Guaraguanó, ya que pasó de enclave minero en el siglo XVII a punto de explotación forestal en el siglo XX.