En sus tres años cumplidos este 22 de noviembre de 2020, aún queda fresca en la memoria de los dominicanos la multitudinaria manifestación en contra de la corrupción e impunidad en el caso de los sobornos otorgados por Odebrecht, que dio origen a la organización de lucha social Marcha Verde.
Fueron miles de dominicanos de diferentes partes del país que, de manera voluntaria y solo movido por el hartazgo de los delitos sin consecuencias cometidos en el país, llegaron a la avenida 27 de Febrero con Máximo Gómez con sus banderas, poloché o un distintivo cualquiera color verde, y ser parte del cambio de la historia del país.
En su trayecto hacia las inmediaciones del Palacio Nacional, donde finalizó la marcha con el canto del Himno Nacional, se desprendían de las voces coreadas de los manifestantes su clamor para que los implicados en el caso de la multinacional brasileña sean condenados, petición que todavía no ha ocurrido.
Luego de esa primera expresión ciudadana mayoritariamente de la clase media del país, su poder de convocatoria para sucesivas marchas del colectivo que integraba la organización fueron acogidas por importantes sectores de la población, siendo mantenida en el tiempo para ejercer la presión a las autoridades.
En ese sentido, fueron notorias iniciativas como el libro verde, que consistía en una serie de firmas recogidas en todo el país, para ser entregadas en el Palacio Nacional para que designe una comisión de fiscales independientes que investigue el caso de soborno y corrupción de la constructora Odebrecht.
Además de esta iniciativa, se realizaron un conjunto de acciones que iban entre marchas simultáneas en todo el país, encendido de velas, realización de conferencias en campamentos frente al Congreso Nacional, y otras.
Altas y bajas. Marcha verde también ha tenido sus bajas en sus diferentes actividades sociales, aunque continúa siendo considerado por muchos como uno de los movimientos de mayor trascendencia social en la República Dominicana, en el cual no se definía una cabeza líder del colectivo.
Desde hace un tiempo considerable y pese a la marcha que ha tomado del caso Odebrecht, principal eje motivador de las protestas, no se han registrado convocatorias ni manifestaciones consideradas de peso.
Esta aparente «pasividad» del colectivo, ha sido interpretada por muchos como una disolución paulatina de los principales motores del movimiento, agravada por la incursión en política partidista de algunos de sus miembros destacados, como es el caso de Jhonatan Liriano, quien aspira a diputado.
Independientemente de esta percepción, para los dominicanos el caso Odebrecht y las iniciativas en contra de la impunidad y la corrupción lograron tener la importancia debida y a pasar a estar entre las preocupaciones principales del país, a partir de las manifestaciones del colectivo Marcha Verde.