La cercanía de la celebración en el país del Día de las Madres me hace evocar a mi madre y a las madres de mis hijos, hoy y siempre.
Mi madre, Ernestina Guzmán Boom, fue una mujer excepcional en muchos órdenes; quien asumió con entereza y éxito los roles de esposa, madre de 4 hijos, empresaria y administradora doméstica, en un hogar con personalidades diversas y fuertes, pese a las limitaciones propias de las persecuciones políticas.
Estos rasgos no le impidieron graduarse de doctora en Derecho y de Licenciada en Filosofía y Letras. No fue una intelectual creativa, sí no una gran lectora y admiradora de la cultura y militante del progreso social de la mujer; que cuando estuvo en condiciones de hacerlo encabezó una Fundación que auspició becas y premios para estudiantes y profesionales destacados, así como eventos culturales diversos.
Así mismo, todos mis hijos, diez en total, han tenido el privilegio de haber tenido el amor y protección de sus madres, supliendo en parte mi condición sucesiva de viudo, casado, divorciado y padre de una larga familia.
Yo por mi parte recibí como premio a Ángela Caba, mi esposa por 35 años, madre de nuestros cuatro hijos; y que ha ido creciendo con el tiempo en los órdenes profesional y social: lo que me ha dado la tranquilidad y el aliento para seguir luchando por las mejores causas en que creo, superando dificultades, incomprensiones y celos mientras vida tenga…
Esa es Ángela, la mujer de mi vida…